Arrebatar a los pueblos, alimentos, educación, salud y paz por la compra de armas en aras de la defensa de idealismos trasnochados, es condenarlos a la muerte espiritual, moral y física. Porque como lo decía Martín Luther King, «una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual».
Cuando hablamos de la compra de equipamiento antimotín, el costo de este varía. Una bomba lacrimógena, similar a la que utilizan los cuerpos de orden público del Estado venezolano, tiene un precio que oscila entre los 10 y los 46 dólares, mientras que las municiones para armas no letales cuestan alrededor de 9 y 12 dólares. Esto significa que la narco corrupta cúpula puede gastar entre 10.000 y 46.000 dólares diarios para reprimir una manifestación.
El 60% de las bombas lacrimógenas y perdigones que importó el gobierno entre 2008 y 2011 son de la marca brasileña Cóndor y se pudo conocer que Venezuela compró cerca de 143 toneladas de mercancía por un valor de 6,5 millones de dólares. El restante 40% corresponden a ejemplares de producción nacional (Cavim), en asociación con firma española Falk.
Entre los años 2014 y 2015, el gobierno compró a China una gran cantidad de equipos y sistemas antimotines destinados a la Guardia Nacional Bolivariana, con el fin de contener las protestas en el país. La compra de estos artefactos se hizo anteriormente en forma de combo, pero los vehículos blindados, como las tanquetas o las ballenas, se pueden adquirir por unidad. Los complementos como cauchos especiales, repuestos adicionales para el mantenimiento y líquidos para dispersión de las manifestaciones, aumentan su costo.
La importación más reciente es la que denunicamos esta semana. Desde China llegaron 150 unidades Norinco 8×8 (tanquetas) y equipos para reprimir a un pueblo que clama por democracia y libertad, porque se cansó de pasar hambre. Esa importación de tanquetas merece una investigación seria y de inmediato, determinando además los responsables y el monto de dólares gastados.
Muchos han sido los esfuerzos del narco gobierno corrupto por renovar su flota represiva. Tocaron puertas en China, Brasil y Rusia, y más recientemente también pidieron ayuda a Chile.
Regímenes débiles y deslegitimados como el que tenemos en Venezuela, ve en la represión su mejor y única forma de mantenerse en el poder. Con esa represión abusiva y descarada, violan el derecho a la protesta y obviamente los derechos humanos al matar a sangre fría a muchos manifestantes.
Actos como este hay que rechazarlos enérgicamente. En su afán por aplacar la genuina y legítima protesta del pueblo han desarrollado un plan nefasto para arrancar la vida de la forma más desalmada a venezolanos que quieren un país distinto, con expectativas de futuro y progreso.
Según un informe del Ministerio Público, de las 67 lamentables muertes que se han registrado desde que inició esta lucha por rescatar el hilo constitucional, 49 han sido por impactos de proyectiles de diversa naturaleza. La Fiscalía lleva más de 1600 investigaciones, de las cuales más de 1300 corresponden a personas lesionadas, cerca de 400 casos por daños a las propiedades públicas y privadas.
Muchos de quienes reprimen, parecieran que no conocen las implicaciones de sus actos. Sin embargo, cada vez hay más militares de alto rango que manifiestan su descontento con esas acciones y sobre todo por el futuro que tendrán que enfrentar, tarde o temprano. Los envíos de oficiales, hasta generales, para interrogatorios o detenciones en el SEBIN y la DGCIM son cada vez más frecuentes.
Como también es cierto, que la GNB está haciendo un llamado a jóvenes para incorporarlos de inmediato a los contingentes efectivos para sustituir a los que se han ido de baja, porque no quieren prestarse a violaciones de derechos humanos contra un pueblo declarado en rebelión, contra un gobierno que solo promueve violencia y miseria.
Lo que pretende el ocupante temporal de la silla de Miraflores es la disolución de la República y su perpetuación en el poder. Quiere imponerle a un pueblo que padece la inflación y la escasez más altas del mundo, un fraude, porque para resolver los problemas que enfrentamos en Venezuela no se necesita una Constituyente Comunal, lo que se necesita es voluntad y ni Nicolás Maduro ni su camarilla tienen voluntad, si así fuera los problemas de los venezolanos estuvieran resueltos.
El fraude de la Constituyente lo que busca es más poder, porque pretenden quedarse indefinidamente, eliminando incluso cualquier elección o amoldándola a su conveniencia, como está sucediendo hoy al evitar el Revocatorio y las elecciones municipales y regionales, pero si promoviendo un golpe a la Constitución. Buscan acabar con las instituciones, porque necesitan el control de todo para poder mantenerse el poder, por lo que eliminarán cualquier institución que no puedan controlar como es la Asamblea Nacional y la Fiscalía General de la República después de sus recientes actuaciones. La soberanía del pueblo también será eliminada, pues la única manera de hacerse con el control de todo es eliminando la consulta popular.
Pero los venezolanos hemos comprendido que ya no se trata solo de un problema ideológico, sino que nos enfrentamos a una oligarquía corrupta que pretende acaparar indefinidamente el poder económico y el poder político.
Una Constituyente ilegítima que el pueblo rechaza, sumado a la violencia con la cual se intenta contener la protesta masiva de millones de ciudadanos que llevan más de 70 días volcados en las calles, son sin duda un escenario sumamente explosivo.
El grito de libertad que resuena en cada calle del país es un sentimiento cautivo que brinca en el pecho de cada venezolano. Ese sentimiento es la fuerza que nos impulsa a seguir en las calles luchando por nuestros derechos y constituye la base del cambio, porque cuando el deseo de libertad prende en el alma de un pueblo, el cambio es indetenible.
Por eso, cada paso que damos no solo es un paso más en esta lucha, también es un paso que rinde homenaje a quienes dieron su vida por nuestra Venezuela. Porque la muerte no nos roba los seres amados, al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. En cambio, a veces la vida si nos aparta de las personas a las que amamos, alejándonos de ellas. Por los que se han ido y por los que han tenido que apartarse de sus familias y alejarse del país donde nacieron, por ellos, debemos estar más presentes que nunca y dar pasos firmes hacia el rescate de nuestra democracia.
Hoy nuestro país ya hizo historia en el mundo deportivo al inscribir su nombre en la final de la categoría sub 20 de fútbol. Ese inspirador triunfo de nuestros jóvenes deportistas, nos encuentra aún más como país y se convierte en ese bálsamo sanador que necesitamos para curar a toda una nación que añora un país distinto, en el que soñar en grande no sea un espejismo, sino una tangible realidad.
¡Qué Dios bendiga a Venezuela! ¡Qué Dios ilumine nuestro camino!