Bajo el abrasador sol del Caribe, en la costa occidental de Venezuela, trabajadores con trajes de buceo limpian a mano las manchas de crudo del casco del tanquero Caspian Galaxy, que está tan sucio que no puede navegar en aguas internacionales.
El buque es uno de los muchos operados por la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) que frecuentemente se ensucian con crudo en dos de los principales terminales del país, esencialmente por fugas en tuberías oxidadas.
Los tanqueros deben ser limpiados constantemente antes de zarpar a muchos puertos extranjeros que no admiten barcos manchados que podrían contaminar sus muelles, instalaciones de despacho u otros buques.
La laboriosa operación de limpieza es una de las causas de los retrasos crónicos que afectan a decenas de tanqueros que transportan crudo venezolano a clientes de PDVSA en todo el mundo, según tres ejecutivos de la estatal, ocho empleados de firmas marítimas que contratan con PDVSA y datos de seguimiento de embarcaciones de Thomson Reuters.
Otras razones incluyen retrasos en reparaciones y la retención de embarques por parte de proveedores de servicios, a quienes PDVSA les debe dinero.
El rezago en las exportaciones de petróleo está reduciendo el flujo de dinero que entra a la asfixiada economía del país OPEP, donde los ciudadanos luchan contra la inflación más alta del mundo y una escasez de alimentos y medicinas que ha revivido una ola de protestas antigubernamentales.
“En ninguna parte del mundo”
La limpieza de tanqueros representa un ejemplo vívido de la espiral de problemas que atraviesa PDVSA: al no tener recursos para mantener adecuadamente su flota, refinerías y operaciones de producción -y para pagar a sus socios a tiempo-, la firma no puede impulsar sus exportaciones para obtener más dinero.
La estatal no respondió a las solicitudes hechas por Reuters de comentarios sobre sus operaciones marítimas.
Las exportaciones de crudo de Venezuela cayeron un 8 por ciento a 1,69 millones de barriles por día (bpd) en el primer trimestre del año, frente al mismo lapso del 2016, según datos de Thomson Reuters. El país no publica cifras mensuales sobre exportaciones o producción de petróleo desde hace mucho tiempo.
En terminales petroleros alrededor del mundo -donde tales fugas de crudo son relativamente raras- un tanquero manchado normalmente sería sacado del agua y limpiado con equipo industrial en un dique seco.
Pero Venezuela tiene sólo un pequeño dique de este tipo y carece de dinero -o tiempo- para enviar allí sus buques sucios, según capitanes, fuentes de PDVSA y dos trabajadores de las empresas de limpieza de tanqueros que contrata.
Así que, cepillos en mano, trabajadores en un pequeño barco de pesca limpian las gigantescas embarcaciones del tamaño de dos campos de fútbol. El proceso puede durar hasta 10 días por barco, dijo a Reuters un trabajador involucrado en la limpieza.
Las labores se realizan en el fondeadero de Amuay, cerca de un lugar turístico y de la mayor refinería del país, que lleva el mismo nombre. Los equipos de trabajo han lavado tantas embarcaciones en los últimos meses que han apodado su operación como “el barco-lavado”.
“No puedo pensar en una situación similar en ninguna otra parte del mundo, en este momento”, dijo George Los, analista del mercado de tanqueros de la firma estadounidense de corretaje Charles R. Weber Company.
En el lago de Maracaibo -donde también yacen tanqueros sucios- un buzo murió esta semana en un accidente mientras inspeccionaba una fuga en una tubería.
José Bermúdez, de 40 años de edad y padre de dos, se ahogó después que la línea conectada a su suministro de aire se enredó en la hélice en su barco, según sindicalistas.
El Sindicato de Buzos y Marinos del estado Zulia había solicitado anteriormente que PDVSA reemplazara las hélices con un sistema de propulsión diferente, dijo la organización.
Un supervisor de la división occidental de PDVSA confirmó el lunes el accidente, pero declinó dar más detalles.
Problemas operacionales similares afectan las labores de perforación y refinación de petróleo de PDVSA mientras la otrora compañía orgullo del país ve caer su bombeo de crudo, que en el 2016 llegó a su nivel más bajo en 23 años.
La crisis ha llegado a tal punto que la estatal muchas veces no puede costear repuestos para mantener sus yacimientos operativos, pagar a los trabajadores suficiente para alimentar a sus familias ni mantener sus tanqueros activos, dijeron ejecutivos y empleados de PDVSA y firmas marítimas a Reuters.
Los ministerios de Petróleo y Comunicación de Venezuela no respondieron a solicitudes de información hechas por Reuters.
Tanqueros atrapados
A fines de marzo, 18 de los 31 tanqueros propiedad de PDVSA estaban fuera de servicio, según datos de Thomson Reuters y seis fuentes de la industria marítima que hablaron con Reuters bajo condición de anonimato. Varios necesitaban limpieza y otros reparaciones, indicaron los datos.
PDVSA demora tanto en pagar a sus proveedores de servicios que muchos ya no otorgan crédito a la firma, dijeron operadores y navieras que trabajan con la empresa.
Para mantener el petróleo moviéndose, PDVSA está pagando millones de dólares cada mes por arrendar más de 50 buques para enviar crudo a instalaciones de almacenamiento y refinación en el Caribe, y hasta a sus propias costas, según datos de Thomson Reuters.
Eso es más del doble de los tanqueros que suele arrendar para completar su propia flota, de acuerdo con tres capitanes y operadores involucrados con el alquiler de barcos a PDVSA.
Pero esta es una solución a corto plazo que está aumentando los costos y exponiendo cada vez más a PDVSA a retenciones o incautaciones de buques, cuando no paga fletes o costos de arrendamiento a tiempo.
“La cláusula Venezuela”
Varios propietarios de buques, exasperados por los retrasos en los pagos, han solicitado acciones judiciales para que el petróleo a bordo de embarcaciones sea incautado hasta obligar a PDVSA a pagar, según tres fuentes involucradas en algunas de las disputas y un documento judicial visto por Reuters.
Sovcomflot ganó en octubre una orden judicial, revisada por Reuters, que le permitió quedarse con una carga de crudo de PDVSA valuada en 20 millones de dólares como pago parcial de una deuda de 30 millones de dólares. El buque transportaba crudo venezolano a la isla caribeña de San Eustaquio. El conglomerado ruso no respondió a la petición de Reuters de comentarios.
Otras seis embarcaciones de PDVSA están atrapadas en Portugal, Curazao y Turquía por falta de pago o porque la empresa no ha suministrado las piezas necesarias para terminar su reparación, de acuerdo con dos operadores y un empleado de una firma que suministra equipos a PDV Marina, filial de PDVSA.
Como política, PDVSA generalmente se niega a pagar las facturas que se generan cuando una embarcación se retrasa en algunos de sus puertos. Pero al menos cinco grandes compañías navieras están insistiendo en incluir la llamada “cláusula Venezuela” en sus contratos con la petrolera, según intermediarios y contratos revisados por Reuters.
Las sanciones -conocidas como “cargos por demora”- pueden llegar hasta 23.500 dólares por día, según contratos recientes.
Uno de los contratos para rentar un tanquero que descargaría crudo en Venezuela especifica que PDVSA debe pagar cargos por cualquier demora resultante de huelgas de trabajadores, llegada tardía de remolcadores e, incluso, por inspecciones de drogas.
Algunas compañías de arrendamiento de tanqueros y proveedores de servicios también cobran a PDVSA tarifas por encima del precio del mercado debido al riesgo de que los pagos se demoren, dijeron los dos operadores.
El aumento de los costos a su vez privan a la empresa y al país de más de la mercancía que más necesitan: dólares.
Fuente: La Patilla
Fecha: 18 de abril de 2017