Al menos cinco petroleros iraníes que transportan combustible están camino a Venezuela, que carece de gasolina y que tiene las mayores reservas de crudo del mundo.

Una serie de factores contribuyen a la escasez de gasolina en Venezuela. El consumo del combustible ha disminuido significativamente en los últimos meses debido a una cuarentena diseñada para detener la propagación del coronavirus. Las autoridades están distribuyendo solo 30.000 barriles diarios (b/d) de gasolina a las estaciones de servicio en todo el país, según informó una fuente de Pdvsa a la agencia Reuters.

La red de refinerías de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela tiene la capacidad de procesar 1,3 millones de b/d de combustible. Pero después de años de baja inversión y falta de mantenimiento, esas instalaciones procesaron solo 101.000 b/d de crudo y produjeron solo 7.000 b/d de gasolina en marzo, según un documento interno de la petrolera estatal.

Pdvsa está tratando de reiniciar las unidades de craqueo catalítico, que son fundamentales para la producción de gasolina en la refinería El Palito, con una capacidad de 146.000 b/d y la refinería Cardón de 310.000 b/d.

Cardón ha recibido vía aérea desde Irán materiales para ayudar a su reinicio. Al menos cinco petroleros iraníes que transportan combustible están camino a Venezuela.

Además de las importaciones pendientes de combustible de Irán, el país recibió un envío de gasolina de 150.000 barriles a fines de abril de Maroil Trading, de un magnate venezolano del combustible que ya había acudido al rescate al enviar gasolina al país durante un huelga de Pdvsa en 2002, cuando gobernaba el fallecido presidente Hugo Chávez.

En los últimos años, Pdvsa ha aceptado combustible importado como pago por sus exportaciones de crudo.

Pero estos llamados intercambios con su principal socio Citgo que es su subsidiaria de refinación en Estados Unidos, fueron interrumpidos cuando el gobierno del presidente Donald Trump sancionó a Pdvsa en enero de 2019 como parte de su campaña por expulsar del cargo al mandatario Nicolás Maduro.

Desde entonces, Washington también ha presionado a otros socios comerciales de Pdvsa, como la española Repsol, la italiana Eni y Reliance de India para que no suministren gasolina, aunque se les ha dado permiso para enviar diésel, que es visto como necesario para la distribución de alimentos y otros bienes vitales.

La escasez se hizo mucho más severa después de que la rusa Rosneft, que en 2019 se convirtió en el principal intermediario para el crudo de Venezuela y su principal proveedor de combustible, detuvo sus operaciones en el país sudamericano.

Esa paralización se produjo después de que Washington sancionó a dos de sus unidades comerciales por mantener negocios con Venezuela.

Con información de Tal Cual

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