La economía venezolana muestra una paralización desde hace varios años debido a la ejecución de políticas basadas en los controles, las cuales llevaron a una caída acumulada de 65% desde 2014. Los resultados que se evidencian en todo el país son, además del colapso de la producción petrolera, la caída de la actividad industrial y agrícola.
Cada región padece los estragos de la crisis, unos más que otros; en unos surgen problemas que en otros no, pero al final las consecuencias se traducen en menor producción, escasez, hiperinflación y desempleo.
«Es difícil bajar la santamaría»
Construcción e industria son las áreas que más han sido afectadas por la crisis en 2019 en el estado Lara, al contrario del sector inmobiliario y comercio donde ha habido cierta burbuja económica que les permite una leve mejora.
Los problemas en el suministro eléctrico, en el transporte público, la seguridad, el combustible y la emigración, han tenido un impacto significativo en todas las áreas productivas de la región, indicó Giorgio Reni, presidente de Fedecámaras Lara.
Resalta que los cortes eléctricos que no son programados impiden ejecutar un plan operativo en el comercio y, especialmente en la industria, donde hay procesos continuos. «Nos cortan la luz incluso en horas diurnas, donde el gobierno nos ha exigido que debemos operar de 7 de la mañana a 4 de la tarde».
En Lara los sectores más importantes y que más han aportado a la economía venezolana son el agroindustrial, especialmente el procesamiento de leche, alimento para ganado y plantas de alimentos concentrados, pero también ha recibido a empresas multinacionales como Kraft y Bimbo (que aún se mantienen en el país).
El presidente de Fedecámaras Lara explicó que a las empresas que aún quedan solo les queda reducir costos para poder seguir operando, y muchos incluso ya han solicitado una pausa en su cotización gremial en las cámaras para buscar sobrevivir. A su juicio, lo que planeen hacer los empresarios para este 2020 dependerá mucho de lo que ocurra en las primeras semanas del año.
«Todo dependerá de lo que ocurra en enero y la visión que tengan los empresarios, aunque ese enfoque siempre será en función de producir en apoyar a nuestros empleados y aliados comerciales, el enfoque no es sobrevivir sino llevar a Venezuela a ser una mejor economía y país», acotó.
Pese a la complicada situación, en Lara hay un cierto empuje en algunos sectores económicos, resaltó Reni. En el sector inmobiliario se ha dinamizado el alquiler de viviendas, la venta de inmuebles a precios bajos por parte de aquellas personas que se han ido del país, que son adquiridos por personas que tienen recursos saben aprovechar esos precios más bajos, por lo que estarían invirtiendo en esta área.
Mientras que en el sector comercio, en Barquisimeto también se ha observado la proliferación de bodegones auspiciado con la liberación de aranceles; al tiempo que el aumento de los pagos en dólares ha resuelto de alguna manera la falta de efectivo en bolívares y los problemas de los puntos de venta.
«Hay una tosudez en mantenerse operando a pesar de las dificultades, especialmente aquellas empresas familiares donde ya se cuenta con un sector operado por tercera generación y hay un deseo de continuar porque la empresa forma parte de uno. No somos empresarios de maletín, recordemos que la rentabilidad de una industria llega a largo plazo porque requiere mucha inversión. No podemos decir, ‘bueno, bajo la santamaría y me voy’. Es mucho más complicado que eso».
Las extorsiones en Maracaibo
A la crisis eléctrica que ha afectado significativamente a la región zuliana, al sector comercial de la ciudad de Maracaibo apareció un nuevo factor: las extorsiones. Ricardo Acosta, presidente de Fedecámaras Zulia, indicó que las llamadas telefónicas a los comerciantes amenazándolos con hacerles daño o quitarles la mercancía si no pagan se incrementaron durante 2019. Aunque también los ataques hacia los comercios se hicieron más evidentes, incluso con granadas.
Los empresarios del estado Zulia -por otra parte- tuvieron que proveerse ellos mismos de los servicios públicos que debería brindar el gobierno nacional y regional, esto aumentó los gastos y empeoró una situación que ya estaba de por sí crítica debido a la crisis económica.
La falta de efectivo en bolívares y los problemas de los puntos de venta y plataformas bancarias caotizaron las ventas en la región, pues no solo afectó a los comerciantes, sino también a los consumidores. La dolarización o los pagos con divisas llegó primero en el país a la región zuliana, y especialmente con la moneda que circula al otro lado de la frontera: el peso colombiano.
«Hay municipios fronterizos que se manejan con pesos colombianos, la costa oriental y la capital 86% se maneja en dólares. La dolarización no llega al 100% porque hay quienes no quieren aceptar los billetes que están en mal estado. No hay bolívares en efectivo, las propias empresas que proveen las plataformas bancarias también tienen problemas de electricidad, hemos tratado de solucionarlo a través de unas plataformas satelitales que han llegado al estado, pero el problema lo tienen los bancos. Pareciera no haber salida».
Empresas que producen a pérdidas
El estado Carabobo fue en el pasado el polo industrial más importante del país. Ahora, su actividad venida a menos muestra un panorama de empresas cerradas; mientras que las que aún operan lo hacen con más pérdidas que ganancias. Sin embargo, esto parece no importar a la administración de Maduro.
Jonatan Aldana, presidente de Fedecámaras Carabobo, resaltó que no solo el sector industrial y comercial se ha visto afectado en la región, sino también el sector agrícola y pecuario, que han visto su producción disminuida.
Sostiene que la administración de Maduro no ha ejercido su papel como un organismo que produzca políticas económicas que incentiven y creen la condiciones favorables para que las empresas puedan realizar con mayor facilidad y eficiencia sus actividades. De esta manera -señala- las empresas pueden transformarse en entes productores que generen riqueza y que estas riquezas puedan ser pechadas por el propio gobierno en beneficio de la población.
«En su apetito fiscal, el gobierno e cada día se las inventa para crear más y más impuestos, afectando cada vez más a las empresas que cada día generan menos recursos y utilidad. Una gran cantidad de empresas que ya están trabajando a poca capacidad terminan su ejercicio fiscal produciendo a pérdidas».
A su juicio, no se avizora algo positivo, «que nos diga que se han diseñado una serie de normas que contribuirán a que las condiciones para producir serán más propicias para una mejor generación de economías de escalas y de productividad».
Con información de Tal Cual