Al menos una docena de parturientas se quedaron esperando ser atendidas en el Hospital «Dr. Jesús María Casal Ramos» de Acarigua-Araure, en Portuguesa. La suciedad y falta de condiciones para llevar a cabo los procedimientos médicos en sala de parto, obligó a los trabajadores -galenos, enfermeras y camareras- a declarar el cierre de esta área.

A las futuras madres, ya con sus embarazos a término, solo se les explicó que no había agua, y que el lugar se encontraba contaminado, por lo tanto, era un riesgo atenderlas allí.  No es la primera vez que se clausura por días está área, el pasado mes de noviembre, la putrefacción de cadáveres en la morgue del centro asistencial, también llevó a los trabajadores a tomar la misma medida de suspender los procedimientos quirúrgicos.

Ante la situación, y no saber qué hacer, el grupo de mujeres y sus familiares, solicitaron respuestas en la dirección del centro asistencial, donde solo les dieron la opción de entregarles un memorándum, para que ellas mismas se hicieron cargo de solicitar ayuda en las ferreterías y entes gubernamentales para reparar las fallas de agua, y un desbordamiento de cloacas, que desde hace dos meses aproximadamente empeoraron en el Casal Ramos.

«Nos ofrecimos nosotros a limpiar sala de parto, porque sabemos que no hay condiciones, pero brindamos una solución y no aceptaron. Ya nosotros veníamos preparados con agua y cloro, porque sabemos que aquí lo piden», dijo María Roberti, madre de una de las embarazadas, ya con sus 40 semanas de gestación.

En este centro asistencial no solo se atiende a pacientes de los municipios Araure y Páez, sino también otros del cono norte de la entidad, e incluso de algunos pueblos que limitan con el estado Lara.

Desde la población de Guache Viejo, en el municipio Ospino, Soyla Colmenares, acompañada de su esposo acudió a este hospital universitario la noche del lunes, para recibir a su onceavo hijo. Sin asistencia médica ni lugar a donde ir, decidieron quedarse en la casa de abrigo, ubicada en el mismo centro de salud. «No tenemos a donde ir y tememos por mi salud y la del bebé. Aquí no nos quieren atender», dijo a El Pitazo.

La mayoría de las mujeres que esperan dar a luz o ser sometidas a una cesárea, acuden al Casal Ramos, donde hasta este lunes, pese a las condiciones, al menos eran atendidas solicitarles tanto insumos.

«En el seguro -Hospital Materno Infantil ‘Dr. José Gregorio Hernández’ del IVSS- me piden cuatro soluciones, seis ampollas de oxitocina, cuatro tabletas de un medicamento que ayuda a expedir el útero y que las vende la misma doctora que atiende, atrás del récipe dan los datos», contó Marialbi Álvarez, una joven de 19 años que espera su primer hijo.

Del mismo hospital materno infantil, Geraldine Colmenares, denunció que a su hermana le solicitaron 10 dólares por practicarle el legrado que requería luego de sufrir un aborto espontáneo. «No tenemos el dinero, ni tampoco la solución y anestesia que requería para la operación, por lo tanto, nos refirieron al Casal Ramos, dónde tampoco le harán nada. Aquí están todas estas mujeres adoloridas y en riesgos de perder a sus hijos y sus vidas».

De acuerdo con la serie de fotografías facilitadas a los medios por el personal que labora en el centro médico a los medios, se puede apreciar las condiciones del área de obstetricia, en la que hasta bolsas negras con restos de placentas las mantienen dentro de esta sala, así como pisos manchados de sangre.

Desde hace más de 8 meses, el centro asistencial no es dotado ni de bactericida ni de germicida, por lo tanto, el quirófano y otras áreas no son descontaminados en su totalidad, la situación ha sido denunciada en reiteradas oportunidades. Un representante del área de mantenimiento dijo a El Pitazo que: «No hay manera de hacer ver a las autoridades que el hospital no está en condiciones para atender a los pacientes que ingresan, por la falta de agua, insumos y de personal».

Con información de El Pitazo.

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