De acuerdo con las estadísticas que lleva la Fundación Ruedas de la Felicidad Venezuela (FRFV) capítulo Carabobo, en la entidad hay unas 150.000 personas con discapacidad motora. De esa cifra, 85 % puede laborar, sin embargo, en tiempos de cuarentena por COVID-19 muchos trabajan sin las medidas de prevención.

César Heredia, coordinador regional de la FRFV, sostiene que las personas con discapacidad motora están en riesgo por ser una comunidad vulnerable. Deben desplazarse en sillas de ruedas maniobradas por ellos mismos que pasan por calles repletas de desechos y tienen que lidiar también con las constantes fallas de agua potable.

Algunos pacientes con discapacidad motora deben usar bolsa de colostomía, que cuesta unos 20 dólares y les funciona por al menos cinco días. El kit de sondas urinarias y bolsas de recolección tienen un costo de 15 dólares y les dura unos 15 días. Muchos no tienen los insumos para costearlo.

16,7 % cuentan con agua potable

Mediante una encuesta aplicada por el Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos en 10 ciudades de Venezuela, que incluyó a Valencia, capital del estado Carabobo, reflejó que 16,7 % de los encuestados reciben el servicio de agua potable de manera continua en sus hogares, aun cuando 91,8 % del total de la muestra señaló tener acceso a tuberías, según datos obtenidos en 2019.

César Heredia, presidente FRFV, recalcó que el servicio de agua potable es vital para que las personas con discapacidad motora bajen los riesgos de la exposición de contagio del COVID-19. Hasta la fecha no se han registrado casos positivos en el estado Carabobo.

Además hizo un llamado al Estado venezolano para que garantice la integración para las personas con discapacidad y se habiliten los centros de salud para apoyar en las terapias pues es una población que corre alto riesgo de contraer infecciones urinarias y desarrollar escaras. En las instituciones públicas no hay insumos para atenderlos.

También resaltó que se debe velar por el derecho a la alimentación proporcionada por el Estado para que las personas con discapacidad que no salen a trabajar tengan alimentos.

La Red Mundial contra las Crisis Alimentaria ubica a Venezuela como el país con la cuarta crisis mundial de alimentación durante 2019. El informe señala que esto podría empeorar, al igual que en el resto del mundo, como consecuencia de la pandemia por COVID-19.

Con información de Crónica Uno

Ir a la barra de herramientas