Dirigentes sindicales exigieron que se reactive el aparato productivo y los niveles primario y secundario de comercialización de los alimentos
La implantación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción desde del mes de abril ha profundizado el desempleo en el país. “En los últimos dos meses fueron despedidos 12.000 trabajadores del sector de distribución y comercialización de alimentos y otros productos básicos”, aseguró Roger Palacios, directivo del Sindicato de Polar Marigüitar.
El también coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores explicó que en la red de abastos Bicentenario fueron despedidos 3.000 empleados en un proceso de reestructuración para darles paso a los comités. Agregó que los supermercados privados han reducido el personal porque ahora distribuyen menos productos regulados que son desviados a los CLAP y por decisión de los dueños de no vender esos rubros los sábados y los domingos.
“Los CLAP han agravado la posibilidad de que alimentos, y productos de limpieza y de higiene personal lleguen al pueblo porque la distribución es ineficiente y aleatoria”, denunció el sindicalista. Insistió en la reactivación de los niveles primario y secundario de comercialización que están en los abastos, bodegas, mercados y supermercados.
Palacios indicó que en los CLAP el gobierno enmascara una flexibilización laboral, pues las personas que llenan y reparten las bolsas (militantes del PSUV y consejos comunales) eliminan fuentes de trabajo.
“Las bolsas de comida son un mecanismo de manipulación política del gobierno”, expresó Marlene Sifontes, dirigente del Sindicato del Instituto Nacional de Parques. Agregó que por la zona donde vive (Simón Rodríguez, en Caracas) esta semana entregaron solo 403 bolsas en el barrio Pinto Salinas y dejaron fuera a los habitantes de los edificios.
Alexis Rodríguez, dirigente de la Federación de Trabajadores Eléctricos, dijo que la gran mayoría de los empleados del sector le compra a los bachaqueros porque la Gerencia de la Corporación Eléctrica Nacional no les da permiso para hacer colas y adquirir los alimentos.
“Los CLAP empeoran el problema del desabastecimiento porque las bolsas las entregan de forma intermitente, además de que la cantidad de alimentos no da ni para una semana a una familia con cuatro hijos y los padres”, dijo. Señaló que en el interior del país el programa es casi inexistente.
Rodríguez insistió en que en las bolsas no hay un criterio nutricional, pues carecen de alimentos que son fuentes de proteínas como la carne, el pollo, la leche o el queso.
Víctor Urbáez, del Sindicato de la CANTV en Anzoátegui, considera que los CLAP son una forma de discriminación política. “Es humillante someter al pueblo a mendigar la comida cuando el responsable de la escasez es el gobierno por destruir el aparato productivo privado nacional. La solución es llenar los anaqueles y que los venezolanos compren lo que quieran y de la marca que deseen”.
Fuente: EL NACIONAL
Fecha: 24/06/16