El precio del ajo por kilo escala precios escandalosos: el ajo se ofrece entre 60.000 y 130.000 bolívares, dependiendo de su tamaño y presentación, lo que equivale a entre 1,5 y 3,25 salarios mínimos.
En Quinta Crespo, la oferta ajo es abundante, pero no muy diferente: a simple vista, las cabezas de ajo son pequeñas y de dientes diminutos, los cuales se califican, explica un comerciante, como los productos de menor calidad según su medida en pulgadas. Sin embargo, advierte que si se busca un producto grande y de mejor calidad, el precio se dispararía por encima de los 300.000 bolívares por kilo.
Así, la oferta de este producto se ajusta al despacho de entre 100, 50 gramos y hasta una sola cabeza de ajo para hacerse más atractivo a los clientes: en medio de la crisis económica, inevitablemente, la demanda de saborizantes ha disminuido, pues se necesita gastar entre 6000 y 13.000 bolívares -15 y 32,5 % del salario mínimo- para comprar las cantidades mínimas y la población prioriza la adquisición de proteínas o la sustitución de estas antes de comprar frutas, verduras o condimentos.
Los comerciantes señalan que el ajo se ha visto encarecido por las características de su ciclo de cultivo y cosecha, el cual se extiende, aproximadamente, por ocho meses. Y agregan que, además, se trata de un cultivo organopónico, un proceso que exige la debida conservación del producto.
Pérez señala que la cantidad y la calidad del ajo que se produce en Venezuela se ha visto disminuida debido a que la semilla desde la cual se reproduce este cultivo no se ha renovado en “décadas” y sus características ya degeneran en bulbos escuetos como los que se ven en Quinta Crespo.
Con información de Crónica Uno