El alquiler de las habitaciones en Caracas no podía escapar a la hiperinflación que a traviesa el país.

En algunas ya se empiezan a cotizar por sobre los 20 mil bolívares soberanos y en otros casos más conservadores lo ubican en Bs.S 12.000,00.

Este precio puede volver a reajustarse ante los rumores-no confirmados-que se avecina un nuevo aumento del salario mínimo en Venezuela.

Aunque el Ejecutivo Nacional mantiene su eslogan de que “sigue construyendo casas para los más pobres”, sin embargo cifras manejadas por el presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, Juan Andrés Sosa, advierte que el sector reporta una “inoperatividad cercana al 95%”, resultado de un conjunto de variables adversas a esa industria dinamizadora de la economía, generadora de empleo y desarrollo para el país.

Este comportamiento desfavorable descansa en la ausencia de insumos fundamentales para la construcción como el acero, citó el diario El Universal.

Explica el directivo que la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) y Sivensa están paralizadas, apenas “producen a un 6% de su capacidad instalada; la única que queda en funciones es la Siderúrgica Zuliana C.A (Sizuca) y trabaja a una tercera parte de su potencialidad, por graves problemas de electricidad” en ese Estado.

“Cualquier obra nueva que se inicia requiere acero y cemento”, precisa Sosa. Y los volúmenes de producción de las empresas cementeras no alcanzan siquiera al 30% del plantel.

Petra Sánchez, trabajadora en servicios generales y que actualmente cuenta con 90 años de edad, espera aún por la adjudicación de su hogar a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Ella que cuenta con las cotizaciones requeridas, por lo que se conocía como Ley de Política Habitacional y ahora es el FAOV, vive actualmente con su hija que trabaja como contabilista en una zona popular de Caracas, en una habitación 2 por 2 donde cocina y duerme, pero no tiene baño interno porque sino le costaría más el pago mensual del alquiler.

Con información de Descifrado

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