La proteína animal cada día es más difícil servirla en las mesas venezolanas. Pese a ser el mayor productor de carne, con un récord de 30.000 reses mensuales, en sus mejores tiempos, los llaneros sufren para pagar el precio de la carne.

Y es que los precios de esta proteína animal superan el monto del salario mínimo en Venezuela. Un kilo de carne de res de primera se consigue entre 40.000 y 48.000  bolívares en las carnicerías. En un recorrido realizado en el mercado La Carolina, ubicado en el centro de la ciudad, el costo del kilo de bistec de primera se adquiere desde 38.000 bolívares y el pollo en 37.000, entero por kilo.

El precio del dólar hizo de las suyas en todos los niveles. A medida que subía la moneda estadounidense, todo se incrementaba, incluyendo la comida. Pollo, carne de res y de cerdo cada día se hacen imposibles de consumir para los barineses.

Para el presidente de la Asociación de Ganaderos de Barinas, José Labrador, los dos eslabones más afectados son el productor y el consumidor, pues asegura que aunque el precio de la carne aumente, no significa que el productor reciba mayor ganancia.

Explica que diariamente suben los precios de los alimentos, medicinas y la alimentación del personal. “El más afectado es el de a pie, el que compra su litro de leche y el productor que son los que deberían ser más beneficiados”, dijo.

Otra de las razones por las cuales los costos de producción se incrementan, es porque no hay casi personal, por lo que deben “inventar” estrategias para que los trabajadores no se vayan. “Se les da la comida, se les paga en dólares. Es necesario tener tractoristas, quienes estén en la finca y quienes no están es porque no han podido y otros, no quieren trabajar porque no es rentable. Hay que buscar la manera para que no se caiga la finca”, dijo.

Con información de Crónica Uno

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