El consumo per cápita de pollo caerá este año a 21 kilos, una reducción de 52% respecto a los 43,7 kilos que se ingerían en 2014, de acuerdo con cálculos de la Federación Nacional de Avicultura (Fenavi).
Que el pollo haya desaparecido de las redes comerciales habituales e incluso de los centros de distribución del gobierno, no solo tiene que ver con el desfase en el precio regulado de este importante alimento. Esto se relaciona con la abrupta caída de la producción, que ha descendido 46,6% este año, de acuerdo con las cifras de Fenavi.
Las estadísticas de la federación apuntan a que entre enero y octubre de este año (última data presentada), la producción de pollo había alcanzado poco más de 470.000 toneladas, casi la mitad en comparación con las más de 879.000 toneladas producidas en la misma época de 2015.
El promedio mensual en lo que va de 2016 es de 47.000 toneladas, una reducción superior a 44% si se compara con las 85.000 toneladas mensuales que salían de las granjas nacionales el año pasado; dato que permite proyectar que al cierre de 2016 la producción alcanzará unas 564.000 toneladas.
La caída es mucho peor cuando la comparación se hace frente a la data de 2013, año récord de la producción, cuando fueron comercializadas más de 1,2 millones de toneladas de pollo provenientes de los criaderos nacionales, lo que significa que en apenas tres años el sector avícola sufrió una contracción superior a 53%.
De acuerdo con Fenavi, esta caída obedece a la poca disponibilidad de alimento concentrado para animales (ABA) que ha afectado al mercado durante este año, reducción que a su vez se relaciona con la caída en la producción de maíz y sorgo, materia prima para la elaboración del alimento requerido por las aves. De igual manera, la falta de vitaminas, vacunas y otros químicos ha tenido incidencia es esta caída.
– Caen las importaciones –
La situación de desabastecimiento se ha visto magnificada por la reducción de las importaciones de carne de pollo –especialmente desde Brasil, el mayor exportador del mundo-, las cuales llegaron a suplir cerca de 40% del consumo nacional años atrás.
De acuerdo con Fenavi, hasta septiembre de este año (último dato disponible) se habían importado casi 48.000 toneladas de pollo, una cifra que palidece frente a las casi 123.000 toneladas que arribaron al país en 2015 y es menos de 20% respecto a las más de 240.000 toneladas importadas en 2014.
El promedio mensual este año cayó a 5.884 toneladas, es decir 42,57% menos respecto a las 10.249 toneladas mensuales que ingresaron en 2015.
Obviamente, la baja de los ingresos petroleros por la caída de los precios del crudo ha impedido al gobierno mantener el ritmo de importaciones que venía realizado en los últimos 10 años, cuyo promedio, según Fenavi, supera las 110.000 toneladas anuales.
Obviamente, esta caída de la disponibilidad, aunada a la recesión económica y el alza de precio ha hecho que el consumo per cápita se redujo de manera drástica. Según cifras del sector, en 2014 cada venezolano consumía anualmente 43,7 kilos de pollo anuales, ingesta que cayó a 38 kilos en 2015. Con base en la data de producción e importación manejada por Fenavi, es posible proyectar que este año el consumo se reducirá a 21 kilos por persona, una caída de más de 50% en apenas dos años.
– Los huevos también –
La producción de huevos también se vino abajo. Hasta octubre, Fenavi reporta la salida de granjas de 7,1 millones de cajas de 360 unidades, una reducción de 46% frente a las 13,2 millones de cajas despachadas en el mismo período de 2015.
Y la caída se ha acentuado en los últimos meses. En octubre pasado se produjeron 411.329 cajas de huevos, que frente a las 1,32 millones de cajas del mismo mes de 2015 representa una contracción anualizada de 69%.
Esta dramática situación ha llevado a la quiebra a centenares de productores. De hecho, en el estado Lara se reporta que 90% de las granjas avícolas han cerrado este año, lo que complica aún más la situación de disponibilidad de pollo y huevos
FUENTE: EL INTERÉS
FECHA: 17 DE DICIEMBRE DE 2016