Paralizados o trabajando de manera intermitente se encuentran los productores agropecuarios de Lara, Zulia, Barinas y el estado Táchira, quienes registran cuatro meses con suministro irregular de gasoil, principal combustible que mueve la maquinaria agrícola y el transporte de alimentos. La crisis se ha agudizado desde que inició marzo, al punto que productores de leche de Carora, en el municipio Torres han tomado las calles exigiendo al gobierno un despacho constante del servicio, enviando dos cartas de protesta al Ministerio de Agricultura y Tierras y al Ministerio de Comercio, donde advierten que el campo está en alarma roja, con una caída en la producción de leche y sin la posibilidad de preparar los terrenos para el ciclo de invierno, cuando se siembran los principales rubros del país: maíz y arroz, cuyos cultivos deben iniciar a finales de abril.

«Torres tenía una producción diaria de 200 mil litros de leche, ahora producimos 50% menos aproximadamente. El Estado ha privatizado dos estaciones de servicio en Carora que son exclusivas para venta de gasolina dolarizada, de ese combustible ya no padecemos, el problema lo tenemos con el gasoil, necesario para mover los tractores. Los que producen carne también están de manos atadas, porque el transporte para llevar los animales al matadero es con gasoil», comunicó Javier Oropeza, director de la Sociedad Regional de Ganaderos Occidentales (Sorgo).

Afirmó que el suministro comenzó a ser a cuentagotas desde el último trimestre de 2020. «El gobierno permitía que cada productor tuviera acceso a 400 litros de gasoil semanal o quincenalmente. Cada finca agropecuaria requiere de unos 3000 litros de gasoil al mes para mantenerse», señaló.

Según Rodrigo Agudo, director de la Red Agroalimentaria de Venezuela, el sector agropecuario libra una batalla más tormentosa que la industria por escasez de gasoil. «Si Conindustria advirtió el 9 de marzo que el suministro de gasoil y diesel apenas les alcanzaba para dos semanas, el sector agropecuario está peor. Las empresas de manufactura tienen más posibilidades de acceso a un abastecimiento limitado del servicio porque tienen más solvencia económica que las pequeñas unidades de producción agrícolas, es decir los productores siempre hemos quedado en segundo plano para el gobierno», expresó.

Según registros del expresidente de Fedeagro Fernando Camino, los Andes, de donde sale la mayor producción de hortalizas que consume el país, registra un déficit de 80% de gasoil, y el resto de la nación un déficit de 60%. «No hay solución de nada porque al régimen no le interesa lo que pasa con los productores, está abocado únicamente a mantenerse en el poder. A ellos no les importa el diesel o las siembras, porque tienen como importar para los pocos consumidores que quedan con suficiente poder adquisitivo», manifestó.

Una investigación publicada el 10 de marzo por Econométrica en Twitter, reveló que los inventarios de gasoil en Venezuela alcanzarían para tres o cuatro meses. La escasez se debe a la caída drástica de la producción en la industria petrolera, provocada por la desinversión. Destacan que el país comenzó a dejar de tener holgura en su inventario de diesel cuando producto de las sanciones impuestas por Estados Unidos a PDVSA, la empresa dejó de realizar intercambios de petróleo por diesel. El último cargamento que recibió fue el 20 de noviembre de la empresa India Reliance.

Desesperados
En Santa Bárbara de Barinas, los productores deben recurrir al mercado negro para poder conseguir gasoil o diesel, comprando el litro en 5 mil pesos colombianos (1.571.713 bolívares), para no paralizar las labores diarias. Esto quiere decir que si en promedio cada pequeño productor requiere 200 litros de gasoil al día para mantener operativos un tractor y las plantas eléctricas, necesita invertir 314 millones 342 mil 600 bolívares, equivalentes a 171 dólares.

«Hemos llegado al punto de vender la cría para poder invertir en gasoil e insumos, pues viajar desde la casa hasta la finca es un gasto semanal donde se consumen muchos litros para poder movilizarse», contó a La Prensa Táchira, Daniela Roa, dueña de una finca en ese estado.

En Zulia el racionamiento del combustible ha aumentado desde hace cinco meses según informó Arturo Sabino. «Hemos tenido que irnos a nuestro rebaño, cerrar los ojos y sacar hasta ocho animales para la venta y así poder pagar diesel bachaqueado, lo que trae como consecuencia que la producción esté mermada», expresó.

Marcos García, miembro de Asociación de Ganaderos del estado Táchira (Asogata), informó que producto de la severa escasez se han reunido con el «protectorado» de ese estado. Representantes del gobierno nacional donde han acordado un plan de distribución del combustible, ampliándose el cupo de 2 mil a 3 mil litros de gasoil para los productores, los cuales son despachados los días martes y jueves, en una única estación de la región, sólo 37 productores son atendidos al día y lo que le entregan son 80 litros de este combustible a cada uno.

Producción de gasoil estancada
El economista José Guerra, miembro del Observatorio de Finanzas de la Asamblea Nacional electa en 2015, aseveró que las cuatro refinerías del país que producen gasoil y diesel se encuentran paralizadas, o refinando el mínimo de su capacidad instalada.

«El Complejo Refinador de Paraguaná (CRP), con Amuay y Cardón, la refinería de Puerto La Cruz y la de Carabobo, refinería El Palito, tienen una capacidad de refinar 1.300.000 barriles de petróleo para obtener tres productos fundamentales: gasolina, diesel y combustible para aeronaves, también kerosene, pero apenas se está produciendo el 5%, algo así como 70 mil o menos barriles de combustible. De esos, la producción de diesel es apenas 10 mil barriles aproximadamente, totalmente insuficiente para abastecer el parque automotriz venezolano para el consumo de transporte de carga pesada, el sector agrario, y también para las termoeléctricas», mencionó.

Acotó que Venezuela tiene una demanda aproximada de 20 mil barriles diarios de gasoil y de diesel, pero PDVSA sólo está produciendo la mitad y avizora que el problema no tendrá solución a corto plazo. «El punto está que Venezuela tiene una capacidad instalada de producir diesel en cantidades suficiente no sólo para abastecer el mercado local sino para exportar. Las refinerías se encuentran en una situación de mucha inactividad, justamente debido a los accidentes que ocurrieron en el 2012-2013 en Amuay, y también a la falta de inversión del Estado que en 22 años», precisó.

Comunicó que el país necesita recurrir a la importación de diesel para abastecer su mercado interno. «Es una paradoja que un país con las capacidades de Venezuela, con un sistema refinador de mayor tamaño en América Latina no tenga diesel», mencionó. El gobierno no puede acceder a esas importaciones de combustible por las sanciones económicas que pesan sobre PDVSA y sus funcionarios.

Alimentos están muy mermados
Al menos 10 millones de venezolanos estarían en riesgo de quedarse sin alimentos hechos en el campo venezolano por la escasez de gasoil que registra todo el país, las fallas del suministro afecta al 80% del transporte de carga pesada del país, según Saúl López, presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos.

«Vemos con preocupación como se ha incrementado la escasez del diesel, que es el combustible más importante para el trabajo en el sistema agroalimentario. Un 80% de la transportación del sector depende de este combustible. Estimamos que para el sector primario en el ciclo de invierno se requieren de 40 millones de litros de gasoil al día, lo que equivale a 690 mil barriles de petróleo diarios, que desde ya se deben disponer para atender a los productores primarios», comunicó.

A la escasez del gasoil se agrega una limitante, «no se han implementado prácticas agronómicas actualizadas que optimicen y agreguen una mejor eficiencia en el uso del combustible y de maquinarias agrícolas», expresó.

Un país más débil y empobrecido
Rodrigo Agudo, de la Red Agroalimentaria de Venezuela puntualizó que en el mejor de los casos, este año el país podría registrar la misma cantidad de producción de alimentos que en 2020, que fue apenas el 20% del total de alimentos que consume la nación.

«El balance está empeorando porque es el tercer año que la población come menos y al comer menos hay desnutrición, hay mayor debilidad, a eso le sumamos la pandemia. El 2021 en términos generales, la población va a estar muchísimo más enferma, débil y sin posibilidad de recuperar el equilibrio social», afirmó.

Con información de La Prensa de Lara

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