Crece la preocupación entre los  sectores productivos del país  por la  presencia de los productos  importados en los anaqueles, sobre todo en las zonas fronterizas, a precios muy por encima de los regulados, la brecha va desde los 1.200%.

Por ejemplo, la harina de maíz  debe sujetarse, según la Ley de Precios Justos, a Bs. 190 el kilo. Sin embargo, la que llega de Colombia al Zulia se exhibe en los supermercados en 2.500 bolívares, el diferencial que se paga es de 1.216%.

Lo mismo pasa con el arroz hecho en Venezuela fijado en  590 bolívares, pero  en estados como Zulia y  Táchira se paga entre 1.700 y 1.800 bolívares porque es importado de Colombia. Cuesta  tres veces más que el hecho  en casa.

Asimismo  el azúcar, la regulada a 380 bolívares y la extranjera que comenzó a venderse en Maracaibo a 1.500 va ya por los 3.000 bolívares. La importada vale 689% más que la criolla.
El aceite de girasol controlado, cuando se encuentra con precio marcado es de 1.600 bolívares promedio, mientras que el de afuera  se ofrece al consumidor a  3.500. La pasta es igual, la importada de medio kilo se mueve desde  los 1.800 bolívares en el mercado alternativo de los importados.
Frente a la distorsión, los productores criollos  recomiendan motivar  la producción nacional, darle “margen de ganancia a las empresas” y que el Gobierno deje de “importar alimentos de Colombia u otros países” porque la inversión en dólares es mucho mayor.

El vocero de Fedeagro en el Consejo de Economía Productiva, Antonio Pestana, aseguró que los agricultores han explicado  al Ejecutivo y a la misma Asamblea Nacional que “no están dispuestos  a volver a vender por debajo del precio, la  Constitución nos asiste”.

“Teóricamente se nos dice que hay una Ley de Precios Justos que nos garantiza que podamos vender por encima de nuestros costos de producción. Por ejemplo, el del maíz blanco es de 199 bolívares y  por un 30% el precio debería ser Bs. 259”.

Aún así, Pestana señala que en un nuevo esfuerzo de los agricultores por intentar ayudar a los consumidores han  aceptado 243 bolívares, “eso en  materia prima  para la agroindustria significa un precio de la harina precocida de 770 bolívares, hoy la harina que viene de Colombia o de donde venga está en 2.500 y en el sector informal hasta la venden en 3.000”.

“La oferta que hace el país  a la producción nacional con precio justo está al 28% y 30% del valor expuesto  de importación. Por eso no entendemos cómo el Ejecutivo no permite que la producción nacional siga creciendo”.

Detalló Pestana: “En 2013 la producción de maíz nacional era el 67% de las necesidades del venezolano, en 2014 baja a 60%, en 2015 a 41% y este año a 33%; es decir  la producción de maíz blanco cada vez más decae producto  de intentar seguir fijando los precios por debajo de los costos, eso es un grave problema, a los nacionales no se nos permite tener rentabilidad pero a los de afuera no importa”.

“Estamos luchando para que gane la economía nacional, llevamos 41 reuniones en el Consejo de Economía Productiva   y vemos que  11 meses después seguimos en el mismo problema, pareciera que no se quisiera rectificar”, sentenció Pestana.

Al respecto, el economista Luis Vicente León sostiene que la producción nacional está “demolida”. Dice que el Gobierno ha creado “porosidades, reparten el Clap a los sectores vulnerables, los importados para quien pueda hacer el esfuerzo, y así, pero esa no es la solución”.

“Estamos en una crisis  obvia, la estrategia de importar productos, alimentos, no va durar mucho, ¿cómo hará el Gobierno con la demanda de divisas?,  los importadores van a necesitar”.

“Hay que ajustar precios, dialogar con productores nacionales, quién puede hoy día pagar por los importados, casi nadie. Esto debe atacarse en las mesas económicas que se activaron y todos los sectores deben participar, hay propuestas ya”, agrega León.

La mercancía importada  no se ve con abundancia en Caracas, la mayor presencia está en los estados fronterizos. A principios del mes pasado, José Gregorio Vielma Mora, gobernador de Táchira, anunció el abastecimiento de supermercados de la capital con productos importados.

El jefe de los Clap,  Freddy Bernal, declaró hace semanas a PANORAMA, que estaban entrando a Caracas 67 gandolas diarias con productos importados, pero que aún no cubre la demanda  debido al número de habitantes que es de cinco millones.

Para la presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos, se debe invertir en la producción nacional que está asfixiada. Aseveró que “los precios de los importados  son  impagables (…) ¿por qué se  está viendo un kilo de café a 6.500 bolívares?”.

“¿Cuál es el tipo de cambio que estás aplicando? ¿10 bolívares por dólar? ¿650 dólares un kilo de café? (…)   lo que tú estás viendo en un anaquel es  de hasta 1.800 bolívares un kilo de arroz, nosotros también compramos”, expresó Ramos a medios nacionales.

FUENTE: PANORAMA

21-11-2016

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