“Si no trabajamos, no percibimos ingresos” es lo que manifiestan los profesionales independientes en Anzoátegui y Monagas. El confinamiento extendido por lo menos hasta el 12 de junio por el Gobierno para evitar la propagación del COVID-19 ha generado incertidumbre en gran parte de la población.
No solo los comerciantes informales se ven afectados ante esta medida, sino también los profesionales que de manera independiente deben procurar su ingreso mensual. La zozobra persiste pese a las medidas de flexibilización que se anunciaron la semana pasada.
El drama lo enfrentan abogados, contadores, odontólogos, médicos especializados y todo aquel profesional que no pertenezca a la nómina de una empresa pública o privada. Los casos de trabajadores afectados por la situación se multiplican en Monagas y Anzoátegui.
“Como abogado, yo trabajo por mi propia cuenta. Tengo mi buffet, pero desde que inició la cuarentena no he podido trabajar. Nosotros dependemos de instituciones públicas como notarias, registros, tribunales y nada de eso está laborando, por lo tanto, los clientes se reducen a ninguno. Se nos hace complicado sobrevivir, porque aquí en Venezuela ya no se vive, se sobrevive. No hay manera de ahorrar, es casi imposible”, dijo Frambert Sánchez.
Los abogados de los estados Sucre y Aragua han protestado frente a las sedes del Poder Judicial y de registros y notarías para exigir que se reinicien las actividades judiciales con las debidas normas de protocolo de seguridad, pero hasta los momentos las autoridades no han fijado posición sobre esta solicitud.
Para quienes no dependen de una empresa que les proporcione ingresos mensualmente, la cuarentena ha sido amarga. Los profesionales destacan que los primeros 30 días pudieron lidiar con la situación, pero después de los sucesivos anuncios de extensión de la cuarentena las preocupaciones aumentaron.
Yo por ahora no estaba percibiendo ningún tipo de ingresos. Suspendí las consultas porque es importante acatar la medida de cuarentena. Estoy considerando abrir el consultorio y atender aunque sean dos días por semana. Porque no solo se trata de la parte económica sino también es un tema emocional; me siento mal, siento mucha presión. A pesar de que uno está en su casa hay gastos que se deben cubrir y sin ingresos es preocupante”, comenta María José Garantón, Odontólogo.
La pandemia cambió mi forma de trabajar
Uno de los grandes sectores que sufrió en los más de 70 días de distanciamiento social fue la Odontología.
Además de las medidas de distanciamiento social, en Anzoátegui la dirección regional de salud emitió un decreto en el que instó a estos profesionales a cesar sus labores debido a la emergencia de COVID-19. La razón: el trabajo de los odontólogos se centra en áreas altamente sensibles para la transmisión del coronavirus.
Kelia Mendoza es una odontopediatra que desde hace cuatro años maneja una pequeña clínica en la ciudad de Lechería. Mendoza refiere que la pandemia de COVID-19 cambió su vida y forma de trabajar de manera radical. La doctora nunca pensó en cerrar su consultorio, mucho menos por una cuestión de salud, lo que le llevó a disminuir sus ingresos prácticamente a cero:
Estamos viviendo momentos difíciles para todos, en cuanto a la Odontología y especial en Odontopediatría en el consultorio solo estamos atendiendo estrictas urgencias (dolor, abscesos, traumas dentales) y todo bajo estrictas normas de bioseguridad, equipos quirúrgicos, gorros, caretas, dobles tapabocas y guantes, esto ha sido muy difícil para nosotros».
Junto con Mendoza tres personas más dependen de los ingresos que genere la clínica infantil, pero en el tiempo de pandemia fueron más los egresos que los ingresos generados por las emergencias atendidas, dado que por el coronavirus tuvieron que incrementar la compra de equipos de bioseguridad.
«Ingresos como tal no tenemos, por este mismo tema, salvo los casos de urgencias que atendemos en Dentikids, y son para costear gastos de la clínica. Pese a todo nosotros continuamos pagando el salario de la asistente, alquiler del local, la compra de materiales y mantenimiento de los equipos, además de los nuevos insumos que adquirimos por la pandemia«.
Aunque ya la usaba con frecuencia, el equipo de trabajo del consultorio encontró en las redes sociales un método para mantener el control de los pacientes que no ameriten la presencia física en el consultorio. Los controles se realizan por videollamadas.
Pudimos hacer esos controles por esa vía, aunque puedo decir algo con propiedad, más que la pandemia, en estos días he visto con mayor preocupación la situación país, eso ha hecho que el optimismo no lo tenga muy elevado y no vea claridad en toda esta situación».
«Bonos en cuarentena no son suficientes»
De acuerdo con lo anunciado por el gobierno de Nicolás Maduro como “protección social” para los venezolanos, en medio de la cuarentena serían otorgados bonos a través del carnet de la Patria. Según lo expresado por los voceros, esto serviría para que millones de venezolanos cumplan con la cuarentena y perciban un ingreso. Sin embargo, los monaguenses manifiestan que estos bonos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas.
Se entregó un bono denominado Quédate en casa cuyo valor era de Bs. 450.000, asimismo, fue entregado un bono de Disciplina y Solidaridad de Bs. 350.000. Por último, fue anunciado un bono para cuatro millones de trabajadores independientes y para dos millones que pertenecen a la empresa privada. Se desconoce el valor de este último.
Esos bonos son aleatorios, es decir, no son para todos los venezolanos, y para los que no tienen el carnet de la Patria, menos. ¿Pero para qué puede alcanzar 450.000 bolívares? Si un kilo de carne ya supera los 800.000. Eso no representa ninguna ayuda. Desde que comenzó la cuarentena han salido como dos trabajos nada más. Es desesperante todo esto”, enfatizó Marisol Nuñez, contadora.
Para los profesionales independientes acostumbrados a percibir un ingreso mensual y vivir con base en ese presupuesto, 30 días más sin trabajar representan una angustia en cualquiera que sea el gremio. Batallar no solo con la crisis económica sino también con la inestabilidad emocional que genera un futuro incierto ha obligado a algunos a tomar decisiones, como por ejemplo, reabrir consultorios para recibir una entrada económica.
Aunque en Monagas hasta ahora solo se han reportado cinco caso de COVID-19 las medidas de seguridad son estrictas. Solo se permite el trabajo a los profesionales de la salud que pertenecen al área pública y áreas estratégicas (alimentación, farmacias). El resto debe permanecer en casa. Esto de acuerdo con lo indicado por las autoridades regionales.
Con información de Crónica Uno