Los profesores universitarios de Venezuela conmemoraron su día,  con una manifestación frente al Instituto Pedagógico de Caracas.  Además del problema salarial protestan porque “se está violentando el derecho a la seguridad social” y con este, la integridad del profesor.

“No tienes derecho a la salud, no tienes derecho a la alimentación, no tienes derecho al trabajo, no tienes derecho a la recreación, no tienes derecho a estar con tu familia,” dijo Ofelia Rivera, dirigente magisterial.

También los profesores universitarios reciben un salario entre 350 mil y 600 mil bolívares, mientras que la canasta básica unipersonal en el mes de octubre fue de 3 millones 724 mil bolívares, violando no solo el contrato colectivo, sino el artículo 91 de la Constitución.

“Ninguna de las autoridades se ha dignado en llamar a los profesores del Ministerio para minimizar el conflicto” según Rivera.

De acuerdo con el profesor Luis Bravo, de la Universidad Central de Venezuela, “lo que pasó en el país es que se liquidó la noción del salario”, y los profesores tienen que buscar otras formas para sobrevivir que depender de su trabajo en la enseñanza.  “Hoy nadie sabe cuánto gana”, dice Bravo al manifestar que los educadores públicos conforman la nómina más grande en Venezuela.

Comenzar de cero

Alba Marina Zambrano tiene 30 años de servicio en educación. Con una maestría, dos especialidades y dos licenciaturas, su salario de 615 mil bolívares “no alcanzan para nada en estos momentos”.

Zambrano se queja de que los profesores principiantes son incluso más afectados porque perciben un pago menor. En sus inicios como profesora hace treinta años, Alba Marina Zambrano y otros profesores podían optar por un crédito para comprar una casa que se descontaba del salario. “Hoy en día el sueldo no alcanza ni para que los profesores coman bien, yo vi a un profesor estudiando su maestría que solo podía comer pasta a secas”, dijo.

“Nos metieron en un saco, una tabla (salarial) que no sabemos qué es, hecha por el gobierno, y nos quitaron toda seguridad social que teníamos, pero afortunadamente tengo salud”, concluyó Zambrano.

Sin derecho a la salud

Los profesores lamentan que el instituto de asistencia que pagan los profesores con parte de su salario, el Ipasme, actualmente no presta servicios, y cuando lo hace, atiende primero a los sectores populares antes que al destinatario real de este instituto, que es el maestro.

Para hacerse un examen perfil tiroideo, chequeo hormonal que las mujeres deben hacerse después de los cuarenta años, las profesoras tendrían que gastar 490 mil bolívares en una clínica, explican ambas, ya que en ninguna de las 63 unidades médicas del Ipasme se tiene el reactivo para cumplir este examen.

“¿Si lo pago después cómo hago para comer?”, preguntó Ofelia Rivero.

¿Aguinaldos?

Este año el pago de aguinaldos no se podrá usar para compensar una necesidad del maestro, “porque los aguinaldos ni siquiera le alcanzó para tres días de la semana”, reclamaron los profesores.

Los profesores han recibido nada más dos meses de aguinaldo, con los que “no se pudo comprar ni para unas hallacas ni un par de zapatos” dijo Zambrano. Para esta navidad la profesora espera poder celebrar cocinando unos bollitos, un plato navideño que tiene menos proteínas que las hallacas.

“El conflicto no ha cesado”. La protesta de este jueves forma parte del cronograma de actividades del Comando de Conflicto, del partido político de izquierda Bandera Roja, en defensa de la contratación colectiva.

Con información de Efecto Cocuyo

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