El 15 de febrero entró en vigencia el último aumento salarial por decreto del presidente Nicolás Maduro a Bs 392.645,90 y dos meses más tarde, la inflación se lo tragó. El bono alimentación también fue ajustado a Bs 915.000, pero no compra ni un kilo de café molido.

“Ayer bajé a la panadería y solo compré medio kilo de queso y de jamón para la cena. Solo en charcutería gasté Bs 1.600.000. El salario mínimo integral no alcanza para nada“, dijo Aurea Alonso a El Estímulo, mientras veía atónita los precios de los productos en uno de los supermercados Excelsior Gama, en Caracas.

Estira los productos de charcutería lo más que puede, con la finalidad de que le alcance al menos una semana. Alterna los desayunos y las cenas con arepas o pan rellenas de queso, carne mechada o huevos revueltos.

Alonso contó que para noviembre del año pasado con el salario mínimo integral actual de Bs 1.307.946 realizaba un mercado semanal para su familia, conformada por su esposo, su suegro y ella. Hoy gasta entre Bs 8.000.000 y Bs 10.0000.

En el hogar de Alonso hay varios ingresos, entre ellos, una pensión de 700 euros. De no ser así, reconoce que no podría con los gastos.

Desde que la inflación empezó a tomar mayor velocidad el último trimestre de 2017, la compra de alimentos se ha convertido en un verdadero lujo. Productos de la cesta básica se consiguen principalmente en el mercado negro a precios que no todos pueden pagar.

“En noviembre me gastaba Bs 1.300.000; en diciembre ya eran Bs 3.000.000 y así sucesivamente. Todos los viernes debo comprar frutas, cebolla, pimentón, tomate, granos, a veces compró huevos, pasta, arroz, productos personales y de limpieza. Sin carne, ni pollo”, agregó.

Su suegro solo percibe la pensión del IVSS y con ese dinero solo compra el pan gallego. Aunque su esposo tiene una óptica, hay meses que deben recurrir a sus ahorros para comprar comida.

María Esther Pérez se queja de que el salario mínimo integral solo le alcanza para comprar un kilo de queso, el cual le dura cinco días, pues su familia está compuesta por sus tres nietos y su nuera. Su hijo se encuentra en Argentina y con el dinero que él le envía, ella puede adquirir la comida que necesitan para sobrevivir.

“Acabo de comprar dos frascos de Cheez Whiz de Kraft y cada uno me costó Bs 475.000 porque están a precio viejo. Hay que aprovechar esta oportunidad. Compro otra cosa más y ya gasté el salario mínimo integral, que ya no sirve para nada. Cada vez es más difícil hacer un mercado completo”, manifestó con frustración.

“Compro granos y los rindo con vegetales. Y así hago con todo, rindo la comida lo más que pueda y reduzco las raciones. Los chamos siempre tienen hambre y muchas veces dejo de comer para dejarles a ellos. Amo a Venezuela, pero la situación está difícil. Menos mal que mi hijo se fue porque sino no pudiéramos comer”, puntualizó.

Con un Bs 1.300.000 Pérez compraba los insumos que necesitaba para preparar las arepas que vendía en su negocio y que debió cerrar hace un año debido a los elevados costos. “Con ese dinero, compraba salchichas, carne, pollo, queso, aceite y harina para mi local. Ahora, puedo comprar un kilo de queso, una salsa de tomate y un paquete de galletas. Es terrible”, acotó.

Una consumidora, quien prefirió mantener su nombre en anonimato, indicó que con poco más del salario mínimo integral compró cuatro piezas de pollo empanizado en Bs 425.000, 300 gramos de carne molida en Bs 270.000, 200 gramos de jamón de pavo en Bs 300.000 y 200 gramos de queso amarillo en Bs 370.000.

“No puedo comprar nada por kilo, prefiero comprar un poco de cada alimento y rendirlo. La carne molida que compré es para el almuerzo de hoy que nos provocó comer hamburguesas”, agregó.

Dijo que semanalmente puede gastar Bs 4.000.000. “Nuestros hijos están afuera y son los que nos mantienen, sin ellos no sabría que hacer. Semanalmente debo cambiar hasta $50 para los gastos de la casa”, dijo.

En el establecimiento, un kilo de jamón de pollo Plumrose cuesta Bs 1.418.000, un kilo de queso llanero vale Bs 1.300.000, 500 gramos de pasta cuesta Bs 299.990, una mayonesa mavesa de 910 gramos vale Bs 849.000, 400 gramos de leche descremada Nestlé cuesta Bs 827.000, medio kilo de café Brasil tiene un precio de Bs 600.000 y una bolsa de jabón Las Llaves de un kilo vale Bs 780.000.

Un kilo de café molido en el mercado de Quinta Crespo cuesta Bs 2 millones, mientras que el kilo de carne se consigue desde Bs 800.000, es decir, 61% del total de un salario mínimo integral.

“Con el salario mínimo integral, que son casi tres dólares a la tasa paralela, ni siquiera se puede comer”, dijo una cliente del local.

Para el mes de febrero el precio de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) se ubicó en 37.517.912,13 bolívares, aumentando 13.115.145 bolívares en apenas un mes, de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (FVM).

Y la inflación en los tres primeros meses de 2018 fue de 453,7%, de acuerdo con la medición de la Asamblea Nacional.

Distintos economistas advierten que en abril habrá un repunte inflacionario, lo que seguirá socavando el poder de compra del venezolano.

Para el 1º de mayo se espera un nuevo aumento salarial, el último antes de las elecciones presidenciales previstas para el 20 de mayo.

Pero así como el gobierno decreta el alza salarial, los trabajadores comienzan a lamentarse por el efecto que tendrá en los precios.

Publicado por El Estímulo
16/04/2018

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