Más de dos semanas suman suspendidas las punciones lumbares en el principal centro pediátrico de Venezuela. Las fallas en el quirófano de Hematología del hospital J. M. de los Ríos, en Caracas, impiden que los niños, niñas y adolescentes del servicio puedan someterse a procedimientos necesarios para recibir diagnóstico y tratamiento.

A Briana García le correspondía hacerse una punción lumbar la última semana de enero. A sus tres años, tenía que realizarse su quimioterapia final para tratar su leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo. Pero a su familia le notificaron que debían seguir esperando.

“Debido a las fallas en el quirófano, específicamente del aire acondicionado, todas las punciones lumbares quedaron suspendidas hasta nuevo aviso. No solo nos afectó a nosotros, sino a otros diez u once niños en quimio”, dijo Ronald García, padre de Briana, a Efecto Cocuyo este lunes 1 de febrero.

Que el aire acondicionado se quemó, que compraron uno nuevo, o que repararán el que ya existe son algunas de las versiones que les han dado a los padres de los pacientes del servicio. Mientras tanto, tampoco se pueden hacer aspirados medulares o biopsias.

Briana está temporalmente parapléjica y depende de sondas y pañales. Sus padres esperan que el quirófano vuelva a estar funcional lo más pronto posible. Así, cuando finalice la quimioterapia, podrán enfocarse en el proceso de rehabilitación. Por ahora, su cita quedó reprogramada para el 23 de febrero.

No es la primera vez que el quirófano de Hematología presenta fallas. Un año antes, en enero de 2020, había más de 40 punciones lumbares atrasadas por problemas con el quirófano. Ese mismo mes habían anunciado la remodelación del espacio, pero solo iluminaron el área, rasparon y pintaron una pared sin impermeabilizarla, en contra de las normas de bioseguridad requeridas.

Transfusiones también fallan
Por lo menos tres semanas aguardaron algunos pacientes para poder recibir una transfusión de sangre. Edenny Martínez, una joven con talasemia que debe transfundirse con regularidad, acudía al servicio de Hematología en espera de sangre B+ o de sangre O-, pero cuando iba les decían a ella y a su madre que no había. Otro día tampoco la atendieron por falta de personal.

Conseguir una bolsa de sangre es una odisea, incluso si se facilitan las condiciones. El J. M. de los Ríos depende del Banco Municipal de Sangre de Caracas y aunque las madres hacen lo posible por hallar los donantes, a veces no consiguen que les den turnos para donar.

“Llegas a las 4:30 de la madrugada y ya no hay números”, dice Evelyn Fernández, la madre de Edenny. “A veces ni porque tengamos los donantes nos dejan. Ese es uno de los problemas. Ellos saben que somos paciente regulares, pero no hacen excepción. Nosotras mismas como mamás nos hemos prestado a donar sangre, pero es difícil. Tengo 16 años en esto”.

Evelyn y Ronald han visto a sus hijas crecer en el servicio de Hematología. Han sido testigos de las fallas en el quirófano de Hematología, los problemas en las transfusiones y las fallas de agua.

“El agua siempre ha fallado, ahí casi nunca hay agua. Lo que hay son dos pipotes grandes. El 95% de las veces que hemos ido no ha habido agua. Muchos padres se han visto en necesidad de cargar tobos de agua desde planta baja”, expresa Ronald.

Los niños, niñas y adolescentes del servicio de Hematología del J. M. de los Ríos cuentan con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) desde agosto de 2019. Ya para esa fecha, el área tenía problemas de infraestructura y con los aires acondicionados, filtraciones, limitación en la realización de pruebas diagnósticas y falta de medicamentos.

Este 1 de febrero también se cumplen tres años y ocho meses de la suspensión del Sistema de Procura de Órganos y Tejidos para niños, niñas y adolescentes y adultos en todo el país, recuerda la organización no gubernamental Prepara Familia.

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