Primero llegaron las chiripas. Tras meses de esperar una fumigación, a finales de octubre de 2019 una infestación de ratas afecta a la cocina principal del hospital Dr. José María Vargas, al norte de Caracas, denuncian sus trabajadores.

En la cocina del hospital Vargas, el centro de salud más antiguo de la capital venezolana, con 128 años de fundado, se preparan las alimentos para al menos 160 pacientes. Pero cuando el personal llega y enciende las luces ve correr a las ratas de esquina a esquina. También han hallado roedores en los ductos de extracción de aire.

“Cuando se escucha un grito en la cocina es porque salió una rata”, dice una trabajadora del hospital, quien prefirió resguardar su identidad por miedo a represalias.

La iluminación y las condiciones de higiene son deficientes en la cocina, un espacio lúgubre con tres ollas industriales, de las cuales solo una funciona, y en contadas ocasiones. La cava de refrigeración se dañó y únicamente guarda alimentos para descongelar. Solo se mantienen fríos por el aire que llega de la contigua cava de congelación.

Este lunes 28 de octubre, las condiciones en el área alcanzaron su momento más crítico. En una de las ollas encontraron muerta a una de las ratas. El mismo escenario se repitió en las cavas para conservar alimentos.

“Abrimos la cava de refrigeración y encontramos mordisqueadas las empanadas que habíamos guardado. Luego abrimos la cava de congelación, que está justo al lado, y encontramos una rata había que había mordido unos pollos y amaneció muerta”, contó la trabajadora.

Con la llegada de chiripas y la posterior aparición de roedores, se comunicaron con las autoridades del hospital para pedir una fumigación urgente. Han transcurrido al menos dos meses desde que sostuvieron una reunión y la fumigación aún no se ha concretado.

“Esta es una cocina industrial y hay una normativa que hay que cumplir, pero hoy es un espacio insalubre que transgrede las normas de sanidad”, añade la trabajadora.

El personal que se encarga de manejar los alimentos en la cocina es el primero en estar expuesto. Temen que el riesgo se extienda a los pacientes y quieren evitar una epidemia de leptospirosis, una enfermedad infecciosa causada por contacto directo con la orina o los tejidos de animales portadores de la bacteria leptospira.

La leptospirosis tiene potencial epidémico. Cada año causa 500.000 muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tras el hallazgo del lunes, comenzaron a instalar unas planchas para bloquear el paso de las ratas hasta las cavas donde se guardan los alimentos. Los trabajadores siguen en espera del control de plagas y exigen respuestas urgentes.

Además de la infestación de roedores, también padecen intermitencias con la alimentación de los pacientes. Cada paciente debe llevar su envase y el pollo es la única proteína que llega a la cocina del hospital.

“Si traen cárnicos, que en este hospital solo es pollo, pueden hacen tres comidas. Pero si no, solo hacen dos comidas: empanadas, arepas o panquecas en el desayuno, y de almuerzo arroz o pasta con caraotas o una especie de salsa bechamel, que es más leche con sal”, indica una trabajadora.

Con información de Efecto Cocuyo

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