La reaparición del sarampión en el sector Parima del Alto Orinoco no ha sido declarada oficialmente por las autoridades venezolanas, a pesar de haber suficiente evidencias de la existencia de esta urgencia sanitaria. La información que se obtiene al respecto proviene de autoridades sanitarias brasileñas, ONG nacionales e internacionales y funcionarios del sistema de salud pública venezolano no autorizados para emitir información oficial.

El investigador Luis Betancourt comentó que debe informarse a la opinión pública en qué situación epidemiológica se encuentra la sociedad de la cual forma parte. “Los datos oficiales o boletines epidemiológicos son de suma importancia para la propia estructura sanitaria. Representa insumos pertinentes para la vigilancia permanente y la evaluación de las condiciones de salud de las comunidades”, indicó.

El informe presentado ratifica que es necesario publicar los boletines epidemiológicos, que desde el año 2012 no se hace periódicamente por el Ministerio de Salud.

El médico especialista y experto en Salud Pública, José Arianna, explicó que si el estado no publica los boletines epidemiológicos para saber sobre la base de qué trabajar, a fin de minimizar determinada situación, los médicos continuarán improvisando. “Seguiremos lanzando disparos al aire para ver si algún perdigón da en el blanco del problema, porque no tenemos información al respecto”, aseveró.

Esta situación de desinformación oficial genera lo que hoy está ocurriendo con el conflicto sanitario en el municipio Alto Orinoco sobre el brote de sarampión. Inicialmente se manejó una cifra de 16 indígenas yanomami fallecidos, luego pasó a 27 y ahora 71, información proveniente de distintas fuentes en Venezuela y Brasil, sin que las autoridades hayan dado una clara explicación sobre el caso.

Investigación exhaustiva

El Observatorio de Derechos Indígenas Kapé Kapé, a través de una exhaustiva investigación sobre este caso de brote de sarampión, maneja la cifra de 16 indígenas yanomami fallecidos en comunidades del sector Parima, sureste del municipio Alto Orinoco, a 19 kilómetros aproximados de la línea fronteriza con Brasil: Irotatheri, Tokoritheri, Hokomawetheri y Shamakoronatheri. Decesos que datan desde marzo a julio de 2018.

Según datos de la investigación realizada, en entrevista al médico del Centro Amazónico para la Investigación de Enfermedades Tropicales (Caicet), no autorizado para emitir información oficial, se recolectaron en las comunidades de Irotatheri, Tokoritheri y Shamakoronatheri 79 muestras serológicas a indígenas sospechosos de sarampión.

Estas muestras fueron enviadas al referido centro de investigación en Puerto Ayacucho y están en espera de los resultados; sin embargo, de 11 de las que fueron examinadas inicialmente, ocho fueron positivos.

Realidad en su máxima expresión

A lo largo de esta investigación fue necesario entrevistarse con los agentes yanomami de atención primaria en salud desplegados en las comunidades de mediano y difícil acceso del Alto Orinoco, para conocer de primera mano la grave situación sanitaria que padecen los pueblos indígenas que habitan esos territorios, en especial los Yanomami y Yekuana.

Como se indicó inicialmente, muchos de los integrantes de estos pueblos aborígenes fallecen sin que pueda asentarse la causa del deceso, registros de morbilidad y mortalidad que son necesarios para su estudio, evaluación y aplicación de las políticas o programas sanitarios tendientes a prevenir, erradicar o minimizar esas causas de parte de las autoridades de salud.

Se reconoce el trabajo que viene realizando el Caicet, en conjunto con el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en relación con este tema; sin embargo los recursos logísticos y de transporte se hacen insuficientes para realizar el saneamiento epidemiológico de la zona en conflicto sanitario, que pudieran ser consideradas en situación de aislamiento voluntario.

Con información de Efecto Cocuyo

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