Tras 14 años de ausencia. La fiebre amarilla reapareció en Venezuela, según la más reciente alerta epidemiológica de la Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública, publicada este sábado 16 de noviembre.

El reporte explica que el agente causal de fiebre amarilla es un virus transmitido en la selva por la picadura de los mosquitos Haemagogus y Sabethes “que habitan esos nichos y pican a personas no vacunadas que entran a esos espacios”, mientras que la transmisión urbana es producida por el vector Aedes aegypti.

Es el primer caso de la enfermedad confirmado en Venezuela desde 2005, tras los brotes ocurridos desde 2002 en los estados Zulia, Táchira, Portuguesa, Mérida, Monagas, Apure y Bolívar, que ocasionaron 27 muertes. El actual es el caso autóctono número 71 desde 1997 en el país.

“En el estado Bolívar los últimos casos ocurrieron: en 1999, un turista que visitó Canaima y al regresar a los Estados Unidos fue diagnosticado en ese país y en 2005, otro caso que resultó mortal”, agrega el reporte.

La Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública afirman que Venezuela es uno de los países de América del Sur con transmisión endémica de fiebre amarilla a partir de focos selváticos. “Los últimos casos de transmisión urbana en nuestro país ocurrieron en Coro, estado Falcón hace cerca de 100 años”, destaca el boletín.

Este 2019 en la región de las Américas, según el boletín de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) del 6 de marzo sobre la fiebre amarilla, hasta febrero solo se había confirmado la presencia de la enfermedad en tres países: Bolivia, Brasil y Perú.

Alto Riesgo

Según la Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública, en 17 estados de Venezuela hay alto riesgo para la transmisión de la fiebre amarilla. El reporte resalta que existen tres focos como fuente más frecuente de casos: el foco occidental (sur del Lago de Maracaibo y municipios colindantes en Mérida y Táchira), foco sur-occidental (estados Táchira, Apure, Barinas y Portuguesa) y el foco meridional (Amazonas y Bolívar).

La red y la sociedad alertan que se desconocen datos oficiales sobre la incidencia acumulada de fiebre amarilla en el país, la presencia de vectores y reservorios, la situación fronteriza con otros países endémicos y la cobertura de la vacuna antiamarílica. Tampoco se tiene información acerca de la vigilancia epidemiológica de la enfermedad en Venezuela.

De acuerdo con el informe, en los últimos 10 años la vacunación contra la fiebre amarilla en niños de un año ha estado por debajo de los niveles requeridos, con apenas 35 % de cobertura en 2018. En el estado Bolívar la inmunización también ha sido “subóptima”.

“No se dispone de información sobre cobertura de inmunización en la población global del estado ni del importante flujo de población que se desplaza por razones laborales hacia y desde la zona del Arco Minero. Se desconoce la disponibilidad y reserva de vacuna antiamarílica en el país”, advierte el boletín.

Asimismo aseguran que la capacidad diagnóstica del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel se ha visto “gravemente comprometida” especialmente en los dos últimos años por carencia de insumos, reactivos y equipos.

Con información de Efecto Cocuyo

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