El presidente de la Sociedad Venezuela de Puericultura y Pediatria, Huníades Urbina, recalca que a más de 120 días de emergencia sanitaria se mantiene el déficit de insumos médicos, pues el gobierno nunca dotó a los hospitales para atender a apacientes con coronavirus.
Han transcurrido más de cuatro meses desde que el país fue declarado en emergencia por la llegada del coronavirus. A más de 120 días, las medidas de cuarentena y distanciamiento social aplaudidas en su momento por profesionales de la salud por su aplicación temprana han perdido la fuerza inicial. Con los días se dio paso a la improvisación, al doble discurso y con ello se emprendió una batalla contra la enfermedad con acciones desacertadas y descuidos que se pagan con el crecimiento exponencial de la cifra de contagios.
En julio también se cumplió un mes desde que entró en vigencia el plan ‘7+7’, que consiste en permitir a los sectores comerciales no priorizados trabajar durante una semana, mientras que en la siguiente se regresa a una cuarentena supuestamente radical.
La estrategia ha estado lejos de ser cumplida a cabalidad: en los días que lleva vigente más han sido los desaciertos y muestras de desorden que los atinos: el comercio informal, por ejemplo, se mantiene en las calles y hasta en los sistemas de transporte público sin un freno aparente, todo ello ante la mirada complacientes de las autoridades que, paradójicamente, siguen pregonando que deben aplicarse acciones para frenar el número de contagios.
Al descuido de las medidas de cuarentena se suma la falta de insumos médicos en los hospitales, por lo que hoy, en pleno crecimiento de la curva de contagios de la enfermedad, médicos, enfermeras y representantes del sector salud han denunciado tener que reciclar guantes y mascarillas para poder atender a los pacientes.
Un paso atrás del coronavirus
«La epidemia va en fase rápida y en el país hay poca capacidad de respuesta», dice a TalCual el médico epidemiólogo José Félix Oletta. Aunque reconoce que el crecimiento de la curva de contagios logró ralentizarse en los primeros meses después de que se recortaron los primeros casos (marzo), señala que la decisión de flexibilizar las medidas de control social en momentos en los que los marcadores estaban en ascenso aceleró la expansión de la enfermedad.
Expone que aunque el comportamiento de la epidemia es singular en cada país, tiene un patrón específico: una fase lineal, luego una de expansión y a esta le siguen una de disminución y luego el de ondas postpandémicas.
Oletta critica que el gobierno de Maduro mantenga el uso de las pruebas rápida para el despistaje de los casos de contagio. Señala que estas no son útiles para la identificación de los casos en fase aguda.
Otra falla que ha mantenido el gobierno en la batalla contra el coronavirus que menciona el exministro de Salud es el manejo de tardío de las cifras. Oletta recuerda que para el gobierno conocer cuántos casos confirmados hay en un determinado día, debe esperar dos semanas por los resultados de las pruebas PCR.
«¿Cómo se maneja una epidemia con información de hace dos semanas? En una debilidad que no ha sido corregida. Tienen que manejar los datos inmediatos. Tiene que cambiar el modelo de diagnóstico porque esto luce a que el gobierno toma decisiones tardías por la existencia de un solo laboratorio, en vez de seguir la recomendaciones de la Organización Mundial de la salud y descentralizar las pruebas», dice Oletta.
Sobre la continuidad del plan ‘7+7’, señala que el gobierno no puede continuar su improvisación. Sugiere que este plan sea ajustado a las necesidades de cada región y evaluado de forma diaria con las pruebas apropiadas que den una panorama inmediato del comportamiento de la enfermedad y cifra de contagios apegadas a la realidad y no con demora de más de diez días.
Oletta apunta que el plan tiene que tener una base de evidencia sostenible. A su juicio, nunca la tuvo al momento de su aplicación en junio, razón por la que enfatiza que es difícil determinar cuál será el comportamiento de la enfermedad en próximos meses; al tiempo de alertar que cualquier escenario que se desarrolle va a impactar de forma significativa al sistema de salud por su fragilidad.
Recuerda además que en términos de sistemas de salud y su relación con la pandemia, Venezuela el país alcanzó el puesto 176 de 195 países y en el continente ocupa el último lugar, por lo que espera que en la enfermedad no escale para que el colapso del sistema sanitario sea más lento.
José Felix Oletta recalca que el discurso que el gobierno ha expresado a la ciudadanía en la que dan como premisa que todo está resuelto ha contribuido a que la gente se descuide con las medidas y se facilite la transmisión del virus. A eso se le suma que la gente se agotó de las medidas y que hay un real deterioro de la economía familiar.
El exministro critica que el régimen de Nicolás Maduro politice las desgracias epidemiológica que vive el país. En este sentido, condena que se señalé a los migrantes venezolanos que regresan al país como armas biológicas. Matiza que estigmatizar y criminalizar a las personas que llegan a la nación en agregarle otro sufrimiento.
Exhorta al mandatario venezolanos a evitar manejar la pandemia como una guerra contra el presidente de Colombia, Iván Duque, o el de Brasil, Jair Bolsonaro, sino a establecer mecanismos de cooperación binacional para atender a las personas.
Con esto coincide Huníades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, quien cuestiona que a cuatro meses desde que el país se declaró en emergencia y más de dos desde que comenzaron a recibirse a los venezolanos, aún el gobierno no haya podido controlar las trochas en las zonas fronterizas con Colombia y Brasil.
Falsos negativos
Urbina recuerda que hace un mes era contraproducente flexibilizar las medidas de confinamiento en el país, porque la curva de contagios estaba en su fase de crecimiento. En ese entonces se estimaba que el índice de contagios era de 1,45 por cada personas enferma, es decir, se creía que una persona positiva por la enfermedad podía contagia a una persona y media.
Pero esto cambió y estudios que señalan que el virus ha ido mutando y se cree que una persona contagiada puede infectar a otras cuatro. Cita a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y refiere estudios en los que se expone que el virus puede eyectarse hasta a dos metros de distancia si se silva o canta.
Aún con los resultados de nuevas investigaciones, el gobierno de Nicolás Maduro continúa haciendo uso de un doble discurso en el que se hace pensar que en la nación no pasada nada y por el que la gente se desorienta.
«No era momento de flexibilizar. Parte del crecimiento exponencial que ha tenido el virus es por la cantidad de gente en la calle, sumado a que aquí no se ha cumplido la cuarentena de forma estricta», dice.
El también presidente de la Sociedad Venezuela de Puericultura y Pediatria recalca que a más de 120 días de emergencia sanitaria se mantiene el déficit de insumos médicos, pues el gobierno nunca dotó a los hospitales para atender esta emergencia. Asegura que cuando lo hacen los artículos no duran 48 horas. Aunque reconoce que la Organización Panamericana de la Salud ha donado equipos, no han visto a dónde son destinados.
Urbina asevera que profesionales de la salud contagiados y diez muertos solo en Zulia por coronavirus son el resultado de la falta de guantes, gorros, trajes de bioseguridad y mascarillas en los recintos hospitalarios.
El experto cita a la encuesta realizada por la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud) para asegurar que el miércoles 17 de julio, en nueve de los 16 hospitales centinelas de la gran Caracas reportaron falta de agua, 45% reportó no tener mascarilla y en otros denunciaron no tener agua ni equipos para atender a los pacientes contagiados.
Detalló que médicos y enfermeras han recurrido a la reutilización de mascarillas desechables porque las N95 -las que pueden ser utilizadas por ocho horas- casi no llegan.
Al igual que Oletta, ve con preocupación que el retraso en la confirmación de los casos pues ello contribuye que la emergencia se atienda con medidas desfasadas. Asimismo, asegura que además hacen pocas pruebas. «Se cree que hacen unas 198 pruebas por millón de habitantes mientras que en Colombia hacen 2.600 por millón de habitantes».
Reitera su rechazo a la utilización de pruebas rápidas, dado que estas funcionan para la fase de descenso de los contagios. Precisa que estas tienen un margen de error de 45% en los negativos, por lo que se corre el riesgo de dejar ir a contagiados con falsos negativos.
«Luego que una pandemia cuando llega a su máxima expresión, baja el indices de reproducción del virus. A nivel mundial se cree que vamos a tener el virus circulando por lo menos unos dos años. La única forma de erradicarlo es que aparezca una vacuna y no hay reportes de que aparecerá para este año», agrega.
Tratamientos experimentales
Ambos expertos rechazan la implementación de tratamientos experimentales para atender a los pacientes contagios de covid-19, aún contra su voluntad. José Félix Oletta señala que a los pacientes se les da la medicación obligada y que esto es una violación a la libertad de las personas. Por su parte, Huníades Urbina enfatiza en que la OMS ordenó detener la implementación de medicinas como la hidroxiclororquina porque no dieron resultados en la batallas contra el virus.
El 8 de julio, en rueda de prensa, el diputado de la Asamblea Nacional, José Manuel Olviares, rechazó el uso de cloroquina, interferón, dióxido de cloro y hasta tratamientos homeopáticos para atender los casos de coronavirus. «La medicina se hace en base a la evidencia científica, y no de la politiquería o el negocio con los cubanos. Esto no tiene evidencia científica. El 17 de junio la cloroquina se quitó de la lista de medicinas que hacían frente a la covid-19”, recordó el médico oncólogo.
Lo que ya sabíamos del coronavirus
Sobre el crecimiento en la curva de contagios de coronavirus, la médico pediatra Sonia Sifontes, dice que lo que se vive en el país es el comportamiento natural de pandemias, lo que significa que ya era conocido le ascenso del número diario de positivo. Advierte que de acuerdo a estudios sobre brotes como este se podría esperar que para agosto y septiembre la propagación del virus sea peor.
Sifontes considera que aunque el gobierno no aplicara el plan ‘7+7’ el crecimiento de los casos ocurriría. En este sentido aboga porque se fortalezcan campañas de prevención en los que se haga mayor énfasis en la importancia de mantener el distanciamiento social y el correcto uso de los tapabocas.A su juicio otro factor que debe tener en cuenta la gente en la utilización de tapabocas artesanales es que deberían tener tres capas y que una de ellas tenga un filtro o tela quirúrgica.
Con información de Tal Cual