Los cuartos fríos del área de cocina del Hospital Central de San Cristóbal no están funcionando desde hace unos quince días, por lo que para refrigerar la proteína se ven obligados a trasladarla a neveras prestadas, según informó este jueves 27 de mayo a El Pitazo la secretaria ejecutiva del Sindicato de Trabajadores de la Salud y empleada del área de Nutrición y Dietética, María Ramírez.

A esto le suma que el centro asistencial se quedó sin verduras y frutas, pues los trabajadores habían conseguido apoyo de algunos supermercados, pero por la escasez de gasolina de las últimas semanas en la entidad les informaron que no pueden continuar con las donaciones hasta nuevo aviso.

Actualmente cuentan con las proteínas que lleva la gobernación del Táchira y el arroz, la harina o la pasta enviada por el gobierno nacional, que también llega contada. “Del gobierno nacional aportan los carbohidratos, harina, pasta, llegan graneaditos, llegan tantas bolsas para 30 días. La jefe de nutrición tiene que estirar eso los 30 días porque si se le acaban no les llega más. El que sufre es el paciente porque es poquito lo que se les da”, relató.

María Ramírez describió cómo era un plato de comida y como es ahora, destacando que anteriormente les daban media pechuga o un bistec, dependiendo de la dieta del paciente por su patología, suficiente arroz o pasta, ensalada, sopa y jugo. “Ahorita un muslo se pica en dos, le estoy hablando de la pura piernita, si acaso una o dos cucharaditas de arroz, pero ahí no viene fresco, ni sopa, ni ensaladas”, acotó.

Indicó que ante la falta de presupuesto no se cumple con la dieta reglamentaria del paciente y a causa de eso recae, pues al no tener la alimentación necesaria no soporta un tratamiento fuerte y se descompensa.

“El hospital vive de beneficencia pública, ya tenemos que los trabajadores salir a pedir tanto para el trabajador como para la población en general. Esos trabajadores salen a luchar y a pedir a ver cómo consiguen para ayudar a mantener el área de cocina, el departamento de nutrición y dietética porque no hay vegetales, las áreas de fórmulas lácteas ya no existen, hace como una semana que donaron dos laticas de leche porque había unos niños que estaban muertos de hambre”, manifestó.

A la escasez de alimentos María Ramírez le suma el riesgo que corren los trabajadores para limpiar la cocina, porque las tuberías de vapor en donde están las marmitas ya no se pueden cerrar, y deben lavar con el vapor encendido.

Con información de El Pitazo

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