Como si ya nuestro pueblo no tuviera suficiente, esta semana, uno de los ministros del señor Maduro le anunció al país otra cuota de sacrificio que debemos hacer los venezolanos por causa de su mal gobierno.
No bastaba ya con soportar las largas colas para comprar comida y el viacrucis que eso conlleva, cuando hay comida, y la inflación que se come el salario a diario. No bastaba con los cortes “programados” de agua, que de programados nada tienen, pues es cuestión del azar saber cuándo corresponde a tu zona tener el vital líquido. No bastaba con ver tus horarios reprogramados si necesitas hacer algún trámite legal, pues ahora la administración pública trabaja solo de lunes a jueves y hasta la 1 de la tarde. Por supuesto, tampoco bastaba con la inseguridad a la que se debe hacer frente cada día en las calles.
Nada de esto era suficiente para este gobierno destructor, que ahora le añade un nuevo sacrificio al día a día de los venezolanos: el racionamiento eléctrico, que van a aplicar en nuestra Venezuela desde mañana lunes 25 de abril. Un nuevo plan de racionamiento eléctrico, que incluye suspensión del servicio por espacio de cuatro horas diarias en 20 estados. Primero dijeron que el racionamiento incluiría Caracas pero parece que le tienen miedo al pueblo caraqueño y ahora no la incluyen. Seguramente le están buscando la vuelta al racionamiento en Caracas para no anunciarlo sino que se vaya la luz y ya. En el interior de nuestro país el racionamiento eléctrico comenzó hace mucho tiempo y ahora nuestro pueblo sabe que lamentablemente llegó para quedarse.
Y aunque el gobierno pretenda justificar lo injustificable, la verdad sobre la crisis eléctrica que enfrentamos los venezolanos, se debe a que se robaron los recursos que estaban destinados a la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional. El dinero terminó llenando los bolsillos de un grupito, poniendo sobreprecios a los servicios que debían contratarse y ahora tienen cuentas en paraísos fiscales.
El gobierno debió actualizar el parque termoeléctrico y no lo hizo. En el país hay más de 17.600 megavatios térmicos instalados, pero de ellos están operativos poco más de 6.000 megavatios, que son insuficientes para respaldar la ausencia hidroeléctrica en época de sequía.
60 mil millones de dólares destinó la mal llamada Revolución a la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional desde el 2010. Entre las obras que debían realizarse estaban el Parque Eólico de Paraguaná en Falcón y el de La Guajira en el Zulia, pero pasó lo de siempre, a lo que nos tienen acostumbrados en estos años, anunciaron las obras con bombos y platillos, pero no las hicieron.
Como consecuencia de su ineficacia, el gobierno sobreexplotó al Guri e incumplió con las dotaciones que eran necesarias, poniendo nuestro país al borde del colapso eléctrico, porque –y no hace falta ser experto para saberlo- si el embalse de Guri se seca se comienza a apagar el país, sus aguas son las que iluminan a nuestra Venezuela.
Padecer una crisis similar en cuanto a la generación de energía eléctrica en 2010, no hizo que el gobierno rectificara en su manejo de los embalses, porque lamentablemente Maduro y la camarilla que lo acompaña, solo operan bajo la óptica de la improvisación y por eso ahora, nuevamente, someten al pueblo a un nuevo plan de racionamiento.
Tal como está visto, y son demasiadas las acciones que lo evidencian, al gobierno no le importa someter a nuestro pueblo a cualquier calamidad. Ellos no tienen otro objetivo en mente que mantenerse en el poder a costa de lo que sea.
Ante esta situación uno se hace muchas preguntas, por ejemplo: ¿cuándo van a “racionar” la regaladera a otros países?
Porque solo en 2015 lo regalado por el gobierno a otras naciones ascendió a 66 millardos de bolívares, monto que supera en 365% lo otorgado a la energía eléctrica, que fueron 14,1 millardos de bolívares, y es 310% superior a lo asignado a la agricultura, que fueron 16,1 millardos de bolívares.
Sin embargo, mientras el gobierno regala a diestra y siniestra nuestros recursos a otros países, en el nuestro se ha vuelto costumbre escuchar que las empresas cierran o dejan de producir por falta de materia prima. Pero que sea una empresa como Polar la que haga el anuncio de que -por falta de dólares- se paralizará la producción nacional de su cerveza, que es un ícono para los venezolanos, es particularmente dramático, porque se trata de la empresa privada más grande de Venezuela, que genera cientos de miles de empleos venezolanos, no solo en sus fábricas, sino en todos los rincones del territorio nacional, en los que cientos de miles de venezolanos viven de ese negocio.
Que empresas en manos del Estado, como Lácteos Los Andes y Café Fama de América, por ejemplo, no tengan actualmente materia prima para producir habla, con toda propiedad, del guiso en el que convirtieron las importaciones.
El señor Maduro sigue su guerra contra los venezolanos. Nos han dejado sin seguridad, sin alimentos, sin medicinas, sin agua, sin luz… y también nos quieren dejar sin los íconos de nuestra venezolanidad.
La crisis alimentaria que hoy vive nuestro país se debe a la destrucción del aparato productivo nacional y a la corrupción con la que se manejaron los recursos que son de todos los venezolanos. La fórmula de este gobierno es sencilla: menos empleos en Venezuela y más pobreza para los venezolanos se traduce en más dólares para sus bolsillos.
¿Cómo es posible, que el señor Osorio, quien estuvo al frente del Ministerio de Alimentación, compró alimentos a una empresa brasileña, sin pasar por los protocolos de licitación? ¿Cómo es posible que un grupo de inescrupulosos a quienes no les importa que el pueblo coma, compró toneladas de carne con sobreprecio? ¿A qué bolsillo fue a parar la desviación de esos recursos? Obviamente, son preguntas que generan indignación y ameritan una investigación profunda.
Esta semana, la Asamblea Nacional citó al ex ministro Osorio para que rindiera cuentas sobre la crisis alimentaria y el señor no compareció. ¡Quien no la debe no la teme!, pero este señor tiene mucho que explicar, ya que a través de la triangulación de empresas se despachó y se dio el vuelto al frente del Ministerio de Alimentación. Tiene que explicar a quiénes enchufó en el negocio de la compra de alimentos, y dejó a nuestro pueblo pasando hambre.
Del manejo oscuro y fraudulento de los recursos para la compra de comida empezamos a saber desde el escándalo de PDVAL en 2010. Han pasado los años y la corrupción sobre la importación de alimentos no se ha investigado.
Cuánta paciencia ha tenido nuestro pueblo. Pero todos estos abusos a los que este Gobierno somete al pueblo, son más razones para revocar al gobierno del atraso, de la improvisación, de la escasez, de la inflación. Tenemos que revocar a un gobierno que no asume sus responsabilidades, que acostumbra a escurrir el bulto, que busca culpables ante la incapacidad de sus actos.
Llevamos casi mes y medio esperando la planilla para iniciar la solicitud del Revocatorio, y la paciencia del pueblo tiene un límite. La Constitución nos da ese derecho. El miércoles nos vamos a movilizar en todo el país para buscar la famosa planilla. Así que Maduro, tú serás el primer revocado de la historia de nuestro país, porque contigo no hay futuro, y cuando un pueblo se decide a cambiar se convierte en una fuerza indetenible, como ya te mostramos el 6 de diciembre. El pueblo convoca y el pueblo revoca.
¡Qué Dios nos guíe en este camino y bendiga a nuestra Venezuela!