Solo el Área Metropolitana de Caracas concentra más de 30 centros públicos de salud de distintas complejidades para brindar atención médica a unas 5 millones de personas aproximadamente. Sin embargo, la emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país y que se ha agudizado en los últimos dos años compromete aún más la calidad del sistema sanitario venezolano.

Entre el 1 y el 12 de agosto, Efecto Cocuyo revisó la operatividad de las emergencias de 17 hospitales de variada complejidad ubicados en la capital. El déficit de insumos, la fuga de personal, el deterioro de los servicios públicos, la ausencia de higiene, la inseguridad y la falta de mantenimiento a los equipos médicos y a la infraestructura restringen el funcionamiento de las salas de urgencias.

“Una persona no puede permanecer más de 48 horas en una emergencia sin diagnóstico. Para ese momento, ya deja de ser una emergencia, porque la vida ya no está en peligro, y debe desalojar el área. Durante ese tiempo, al paciente le tienen que decir si va a ser operado, referido a otro centro de salud, hospitalizado o si debe acudir a una consulta externa”, explica Jaime Lorenzo, médico cirujano del Periférico de Catia.

De acuerdo con Lorenzo, las estadías se hacen largas en las salas de urgencia de Caracas y terminan por colapsar un área que debería tener un alto ritmo de rotación.

Pisos arriba, en los servicios de hospitalización, se reducen los cupos de ingreso debido al cierre de habitaciones, el déficit de personal y las fallas de infraestructura. Adicionalmente, la imposibilidad de hacer un diagnóstico por la ausencia de equipos de imagenología también confina a los pacientes a las cuatro paredes de una emergencia.

“En el caso de los pacientes traumatológicos que llegan estables, sucede que no hay forma de hacerles el diagnóstico porque no cuentan con los equipos médicos en el hospital o necesitan el material de osteosíntesis para operarse”, continuó.

De un total de 17 hospitales evaluados para este trabajo, Efecto Cocuyo halló que siete emergencias se encuentran operativas y abiertas a todo público; mientras que en otras cuatro la operatividad reportada por los trabajadores de la salud que laboran en esos centros fue parcial.

Esto quiere decir que los casos de urgencia quirúrgica que llegan a estos establecimientos son referidos a otros hospitales (como el Pérez Carreño o el Domingo Luciani) porque no hay instrumentos quirúrgicos esterilizados adecuadamente, faltan anestesiólogos o no hay suministro de agua para el momento de la intervención.

La falta de mantenimiento y de respuesta oportuna por parte de las autoridades sanitarias también ha pasado factura a la red pública de hospitales y colapsa aún más a los contados establecimientos asistenciales en funcionamiento.

Con información de Efecto Cocuyo

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