Premura en el retiro de billetes de Bs. 100 genera interrogantes y rechazo entre especialistas y ciudadanos de a pie, quienes coinciden en señalar que el anuncio del presidente Nicolás Maduro carece de fundamentos y lógica.
Luis Oliveros, economista y docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó que se trata de una medida sin precedentes en Venezuela y Latinoamérica, con base en las razones de la recogida del dinero y la prontitud con la cual se ordena.
Destacó que el Gobierno se refirió a un aproximado de tres millones de billetes que se estarían fugando del país, lo que representa cerca de 0,05 % del total de billetes de Bs. 100 en circulación. En tal sentido, criticó que se ordene una medida de manera tan apresurada, que afecta al ciudadano, por el referido porcentaje.
Al versar sobre la importancia de esta pieza en la economía, destacó que casi la mitad de los billetes totales existentes en Venezuela son de la referida denominación, que a su vez representarían cerca del 80% del valor de todos los billetes. El 20 % restante no sería suficiente para canjear los billetes que próximamente perderán vigencia.
Subrayó, por tanto, su valor como medio de pago, en especial por los recientes problemas con puntos de ventas.
Presagió que a partir de hoy, cuando arrancarán las 72 horas del plazo, muchos comercios dejarán de recibir los billetes de Bs. 100, así como quioscos, estacionamientos y otros, lo que generará un mayor problema a la población.
Por su parte, Orlando Zamora, analista financiero y exjefe de la división de análisis y riesgo cambiario del Banco Central de Venezuela (BCV), indicó que se trata de una medida sorpresiva, en un momento en el que la población maneja importantes cantidades de dinero en efectivo, motivado a la elevación de los precios.
Indicó que es una medida que “atropella” a los ciudadanos, quienes incluso temían por una versión venezolana del corralito argentino.
Asimismo, destacó que si bien lo recomendable en un proceso de transición entre conos monetarios es retirar las piezas viejas, lo ideal sería un mayor periodo de adaptación. Lo contrario a ello sería una utilización política de la medida.
No negó que la intención sea desviar la atención de los graves problemas nacionales.
Gerardo Álvarez, economista y docente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), señaló, por su parte, respetar pero no compartir los argumentos esgrimidos por el presidente de la República, Nicolás Maduro, ya que si bien la decisión se hace luego de dos años de una larga investigación, sobre el destino de los numerarios, carece de múltiples razones.
Se preguntó por qué se espeó hasta un momento tan inoportuno como Navidad.
Plazo Inexplicable
Sobre por qué el plazo sería de 72 horas, tomando en cuenta que se trata de una medida basada en una investigación de varios años, Oliveros indicó que ésta es una pregunta sin respuesta que se hacen ciudadanos, economistas y comerciantes por igual.
Subrayó que si con esto el Gobierno pretende restar fuerza al dólar paralelo, sería una medida errónea. Si bien la pieza mencionada se usa para falsificaciones, también es de masivo manejo en las clases desfavorecidas, menos bancarizada.
-Y todos sabemos que la banca pública no ofrece un servicio eficiente… Con esta medida, el caos, a partir de mañana, será mayor.
Asimismo, criticó que la medida no sea acompañada por un billete de igual o mayor denominación, para su sustitución.
En tal sentido, el docente de la UCV acotó que pasadas las 72 horas, los billetes dejarán de tener valor, lo cual significaría “confiscación de riquezas o patrimonio”, en el caso de aquellos venezolanos que no tengan oportunidad de hacer el cambio.
Al preguntarle si podría haber una penalización por esto, indicó que el Gobierno ha respaldado la medida en un Decreto de Emergencia Económica que no se ajusta a la Carta Magna y no ha sido ratificado por la Asamblea Nacional, lo cual la hace igualmente inconstitucional.
Respecto a cuál sería un plazo normal para el cambio del cono monetario, Zamora indicó que se darían al menos seis meses, como ocurrió cuando se puso en vigencia el Bolívar Fuerte.
Recordó que en regiones como el Norte del Orinoco, las personas deben “armarse con grandes cantidades de efectivo por no haber bancos”, al igual que en cualquier otra zona rural, lo que afecta a un sector numeroso de la población.
El plazo de 72 horas no respondería a ninguna ley o estatuto, sino que sería una decisión discrecional.
Gastos para el país
Sobre el gasto que representaría este cambio para el país, tomando en cuenta que se sacarían de circulación billetes de Bs. 100, de reciente impresión, el docente de la UCV manifestó que estos se imprimieron en el exterior, por lo cual representaría un “despilfarro” significativo, en medio de la peor crisis económica del país.
Respecto al destino de esos billetes, expresó que se debieran usar para imprimir otros (reciclar) o debieran ser quemados.
Sobre el valor que podrían tener las piezas viejas y nuevas, a fin de conocer el total de pérdidas que registraría el país, Zamora indicó que establecer el costo en la actualidad es complejo, ya que su impresión estaría dolarizada, bien sea porque se impriman en el exterior o porque los insumos para la práctica, como las planchas, deben ser importados.
Recordó que meses atrás se hablaba de que el costo de impresión sería de Bs. 136, para cualquier billete.
Respecto al destino de estos billetes, Zamora agregó que en condiciones normales serían incinerados, pero en este caso los billetes no estarían deteriorados por su uso. “Ahora sacarán de circulación billetes de altísima calidad…Llamaría mucho la atención que un Banco Central serio haga lo mismo que hacen los delincuentes y que están condenando, que es reutilizar el papel. Pero el grado de la crisis venezolana es tanto que yo me preguntaría si el Gobierno tiene los recursos suficientes para destruir ese papel”.
FUENTE: EL IMPULSO
FECHA: 13 DE DICIEMBRE DE 2016