Los antojitos quedaron atrás, los deliciosos dulces de panadería pasaron a segundo plano debido a los elevados precios. Así lo manifiestan habitantes de los Altos Mirandinos cada vez que observan los precios en las vitrinas de las panaderías.
A principios de año, los dulces grandes no pasaban de Bs. 3 mil, pero hoy el monto está a punto de triplicarse. Los ricos profiteroles se consiguen desde Bs. 4.800 a 7.500, dependiendo del tamaño. Una milhoja de arequipe también en Bs 4.800, mientras las tartaletas de diversos sabores se acercan a los Bs. 8 mil.
El mini ópera está en Bs. 2.500, las deseadas bombas en Bs. 4 mil y las donas en Bs. 3.500. Es decir, una persona que gana sueldo mínimo debe trabajar dos días y medio para poder comprarse la anhelada exquisitez.
Ana Córdoba, repostera, manifestó que un dulce está costando lo que antes valía una torta completa. “Algunas veces se ponen viejos porque ya nadie se los lleva. Intentamos agarrarlos antes de que se dañen y los utilizamos para hacer tortas de pan, que vendemos a precios más accesibles y de esa forma no se desperdician los ingredientes”.
Por su parte, Pedro Guerrero, consumidor, expresó que no ha podido comprar dulces este año, sino que ahora satisface su ansiedad con un pan de azúcar que cuesta Bs. 500.
Agregó que debe haber un control de precios porque todo aumenta mensual y los ciudadanos ya no tienen cómo darse los gustos de antes.
Fuente: Diario Avance
Fotografía: Juan Carlos Blanco
Fecha: 15 de julio de 2017