Luego de tres semanas de radicalización, el sector comercio vuelve a abrir sus puertas. La otra cara de la moneda es que estos siete días de flexibilización representan solo pañitos se agua tibia porque no se pueden recuperar todas las pérdidas que tuvieron durante el confinamiento.
Eldi Montero, presidente de la Cámara de Comercio, explicó que durante las semanas de flexibilización la clientela baja por las restricciones de horario y apenas logran un 25 % de las ventas, sin embargo, los gastos operativos, como pago de nómina, alquiler y pago de impuestos, se mantienen al 100%.
Nosotros pedimos poder trabajar corrido, cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, esperando que llegue la vacuna para todos» dijo Montero, quien añadió que el Gobierno debe ponerle mano dura a los funcionarios de seguridad para que hagan rondas y chequeen el cumplimiento de las normas.
Ayer, cuando comenzó una semana libre tras 21 días de confinamiento, en el centro de la ciudad se pudo observar que los comercios abrieron sus puertas, algunos colando mercancía en ofertas, para poder vender algo, mientras que otros tenían muy poca afluencia de clientes.
En la avenida 20 y carrera 21 había un mar de gente, la mayoría buscaba productos de primera necesidad como comida, medicamentos y otros materia prima para sus negocios.
Los vendedores explican que ver el gentío no significa que haya mucha demanda. «Si he vendido tres piezas es mucho, la gente busca es la comida» dijo Jesús Ugarte, quien se dedica a la venta de pantalones, licras y otro tipo de ropa.
Con información de La Prensa de Lara