Solo una obra de gran envergadura se está construyendo en Lara actualmente, y la ejecuta el sector privado. Se trata de «Ciudad Traki», un mall que se levanta en la avenida intercomunal Barquisimeto- Acarigua, en el municipio Palavecino desde finales de 2020. Así lo informó Ronald Arias, presidente de la Cámara de la Construcción del estado, indicando que el sector se encuentra un 95% paralizado desde hace más de un año. Los proyectos habitacionales de la Misión Vivienda Venezuela quedaron en el olvido, obras como la avenida Uruguay, una importante arteria vial de la ciudad que fue clausurada por hundimiento en 2015 también son una materia pendiente del gobierno, aunque se haga de la vista gorda.
«La única inversión que está haciendo el gobierno en materia de construcción en Iribarren, son algunos trabajos de bacheos y limpiezas de bucos y quebradas. De resto, el 5% del sector que se mantiene activo lo hace por remodelaciones a pequeños locales comerciales en el centro y este de Barquisimeto y en Palavecino, que son transformados en bodegones», expresó Arias.
Venezuela en el año 2012 con el boom petrolero, cuando el precio promedio del barril de petróleo estaba en 103 dólares, el sector construcción empleaba al 8% de la población económicamente activa del país, ahora ni el 10% del sector está laborando. «La construcción es la que más fuentes de trabajo mueve en cualquier país del mundo. No son solamente los albañiles, son también carpinteros, electricistas, maquinistas, mecánicos, soldadores, empresas de la rama construcción que van desde ferreterías, fábricas de acero, entre otros, hoy son fuentes de trabajo perdidos. El sector ha decrecido desde 2013», indicó. En Lara hace nueve años existían 40 mil empleos directos del sector, actualmente están activas menos de 4000 personas.
«El gobierno antes era el mayor inversor, los recursos para elaborar carreteras, casas, puentes, provenían de los ingresos que dejaba la exportación de petróleo, desde que la producción de PDVSA ha ido en picada, en simultáneo se ha registrado el desplome del sector construcción. En cuanto al sector privado los proyectos macro también dejaron de ejecutarse, la hiperinflación, la escasez de insumos o materia prima y las fallas en los servicios públicos se han convertido en la principal puerta de tranca para invertir en el sector», apuntó.
Arias precisó que actualmente empresas como Venezolana de Cementos S.A, antigua Cemex y la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), ambas estilizadas por el gobierno, se encuentran prácticamente paralizadas. Los insumos del sector construcción que están llegando al país son importados y eso encarece cualquier proyecto.
Cuarentena afecta
Comunicó además que en el kilómetro 11 vía Quíbor, en la avenida Florencio Jiménez, se iniciaron trabajos de movimientos de tierras para construir un Hiper Líder del oeste, pero hace unas semanas paralizaron los trabajos, desconociendo las causas.
«El mayor problema que enfrentan las pocas contratistas activas en Lara es que laboran en intermitencia por las semanas de radicalización, esos días cumplen un horario de 8:00 am a 1:00 pm que retrasa las obras», informó.
La escasez de gasolina y gasoil también los tiene con la soga al cuello porque toda la maquinaria se mueve con este combustible. «Las plantas de concreto funcionan con gasoil, para poder elaborar mezclas asfálticas también se requiere gasoil que está cada vez más escaso», enfatizó.
Cementeras están 80% paralizadas
Orlando Chirinos, presidente de la Federación Única de Trabajadores del Cemento de Venezuela (Fetracemento), comunicó que las nuevas plantas de Venezolana de Cementos que hay en el país se encuentran laborando al 20% de su capacidad instalada. Todas tienen una capacidad de producción anual de nueve millones de toneladas métricas de cemento anual y se están produciendo tan sólo un millón 500 mil toneladas métricas anual.
«En 2007, antes que la empresa se nacionalizara, se producían 8.2 millones de toneladas métricas de cemento, desde ese entonces la producción va en picada», contó.
Con información de La Prensa de Lara