Empequeñecidas, debilitadas y con pocas expectativas de cambio, así se encuentran las industrias de Venezuela. En 22 años de revolución han muerto 9.050 empresas por las erradas políticas económicas que han conducido a una emergencia humanitaria compleja. En la actualidad las 2.121 compañías que quedan activas lo hacen operando al 20% de su capacidad instalada. Existe un promedio de 800 empresas en riesgo de cierre que se mantienen hibernando, produciendo ocasionalmente y con un mínimo de personal, según informó Adán Celis, presidente de Conindustria.

Las reveladoras cifras reflejan que en un año de pandemia se contabilizaron el cierre definitivo de 88 industrias. Hoy el sector se encuentra más mermado que hace 68 años, cuando la nación contaba con 2.564 industrias en 1953 en la dictadura de Marco Pérez Jiménez. «Eso se traducía a que habían 5.46 empresas por cada 10.000 habitantes en esa época, mientras que en la actualidad se registran menos de un establecimiento (0.69) por cada 10 mil habitantes», destacó Celis al presentar la encuesta Coyuntura Industrial del cuarto trimestre de 2020.

Las industrias con menor producción son las del sector automotor y autopartes, operan al 5,2% de su capacidad instalada, seguidas de la metalindustria que laboral al 12.9%, el sector de minerales no metálicos al 14.5%, fabricación de equipos eléctricos y ópticas al 14%, mueblería y maquinaria al 16%, industrias textil y calzado 16.3%, fábricas de caucho y plástico al 18%, químicos y farmacéutico 19.5%, madera y papel 25.5% y con un ligero repunte se encuentran las industrias de alimentos, bebidas y tabacos al 30,5% de su capacidad.

Celis explicó que las empresas que se mantienen abiertas están en situación de «sobrevivencia». El 87% no ha registrado crecimiento en su inversión desde 2018, siendo las más golpeadas las pequeñas y medianas industrias (Pymes). Sólo un 60% han hecho leves inversiones para sostenerse y han sido en dos áreas: En la adquisición de sistemas informáticos, y en el desarrollo de nuevos productos. Las empresas dejaron de invertir en nuevas marcas, en su infraestructura y en actividades de desarrollo.

Desde que se decretó la pandemia, el 29% de las industrias han reducido personal. «Ese es un drama porque formar un personal industrial requiere de muchos recursos y tiempo», dijo Celis, reiteró que es necesario que el gobierno elimina el esquema de 7 más 7 de cuarentena, que sólo ha provocado la pérdida de puestos de trabajo disparando la informalidad y la migración forzosa.

Precisó que mientras en Venezuela las empresas son obligadas a cerrar una semana sí y otra no por la cuarentena, Colombia, Brasil y Argentina, aplicando protocolos estrictos de bioseguridad mantienen sus industrias operando entre el 59 y 80% de su capacidad.

Estruendosa caída
Las industrias representan el 5,7% del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación, cuando en 1998 aportaban el 17% del PIB. «Por eso es que ha desaparecido la clase media en el país, tenemos que seguir presionando por condiciones para que haya un crecimiento y detengamos la caída», expresó Celis.

Los aspectos que dilatan la crisis son la baja demanda nacional por la caída del poder adquisitivo de los venezolanos. «Hoy los ingresos en los sectores públicos no pasan de cinco dólares o tres dólares, cuando en otrora el salario mínimo eran 300 dólares y el salario promedio en las industrias eran 4000 mil dólares al mes». Al sector también lo afecta la competencia de los productos importados en forma desleal, que no pagan IVA, ni aranceles de importación y que no deben pasar por controles sanitarios.

Las fallas en los servicios públicos es otra limitante. El Estado mantiene los cortes eléctricos, y el racionamiento de servicios como el agua potable o el gasoil, combustible necesario para poder movilizar los montacargas, las calderas, hornos, el transporte de productos y el del personal.

A 15% de las industrias también les afecta obtener financiamiento. «Eso tiene que ver con el encaje legal. Si las empresas no tienen capacidad en este momento de financiarse es imposible que crezca. Hay una cantidad importante de recursos que están encajados en el Banco Central de Venezuela (BCV), el 85% de esos recursos pudieran estar en la banca al servicio de los venezolanos», reclamó.

Sector alimentos creció levemente
Las industrias de alimentos y medicamentos están registrando en una década un «rebote técnico», es decir una moderada subida de sus ventas y producción después de caer por años. Según explicó Adán Celis, presidente de Conindustria, esto no representa oxígeno para la economía.

«No hay condiciones para mantener esas inversiones. Son inversiones a corto plazo y se dan por los cambios impulsados por el uso del dólar. Hay algún tipo de libertad económica pero que no está dentro de un marco jurídico, sino que es un dejar hacer sin saber hasta cuándo. Eso produce un pequeño alivio pero no significa tener una senda de desarrollo», indicó.

Reservas de gasoil para una semana
Adán Celis informó que la mayoría de las industrias tiene reservas de una o dos semanas de gasoil, y si el Estado no normaliza la distribución del combustible, Venezuela está a las puertas de una paralización total.

«Los productores de caña de Portuguesa propusieron traer gasoil de Colombia, pero la ley en Venezuela no le permite a los privados importar combustible. Se le solicitó al ministerio de Minas y autoridades los permisos necesarios y al día de hoy todavía no los han dado. Se están parando toda la zafra y cosechas de caña de azúcar. Ni producimos el combustible ni permiten que lo importemos», denunció.

Industrias tardarán en activarse
Según el economista Jesús Casique, la encuesta de Conindustria en la que se refleja que Venezuela tiene menos empresas de manufactura que el siglo pasado, es consecuencia de un errado modelo económico que ha llevado a la población a la miseria.

«Según el Fondo Monetario Internacional, el país ha perdido el 81,2% de su economía en los últimos ocho años. En el 2012 tenía un Producto Interno Bruto de 352.191 millones de dólares. Ahora es de 43.749 millones», resaltó que en la medida que el gobierno no de muestras de verdaderas flexibilizaciones los empresarios seguirán teniendo desconfianza para invertir.

Indicó que aunque las industrias de alimentos están registrando un rebote técnico estadístico solamente. «Hasta que aquí no se mejoren los servicios, se combata la hiperinflación, y el Estado deje de emitir dinero sin respaldo el país seguirá golpeado», resaltó.

Las industrias requieren incrementar su producción por un periodo de 12 años para recuperar los niveles que tenían en 2012.

Con información de La Prensa de Lara

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