El sarampión llegó al hospital de niños J.M. de los Ríos hace menos de un año y, aún así, sus consecuencias han sido desvastadoras. Desde el primer caso que llegó al centro pediátrico en diciembre de 2017 hasta el pasado mes de octubre de 2018, los registros epidemiológicos dan cuenta de seis muertes y más de mil infecciones.
El último niño en morir por la enfermedad prevenible por vacuna fue Edward Tovar, un pequeño de dos años que falleció el pasado 7 de julio y que residía en el estado Miranda.
Fuentes internas del hospital confirmaron que el último caso de sarampión ingresó al J.M. de los Ríos el pasado 4 de octubre. Desde entonces, no se han registrado nuevos ingresos.
También detallaron que el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, organismo encargado de hacer las pruebas de laboratorios para confirmar el diagnóstico, se ha retrasado en la entrega de los resultados, por lo que la mayoría de los casos son diagnosticados por la clínica del paciente (síntomas).
No obstante, los doctores no descartan que el registro de 1.088 casos siga incrementando durante los próximos meses. La cifra es alarmante, especialmente cuando se compara con los números revelados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su último boletín epidemiológico, con fecha del 24 de octubre.
Desde el 1 de enero hasta el 23 de octubre de este año el organismo regional procesó 5.525 casos de sarampión en todo el país y 75 defunciones, apuntan los datos del organismo regional.
Es decir, las muertes de niños en el J.M. de los Ríos representan 8% del total de fallecimientos por sarampión. Adicionalmente, el hospital acumuló más de 19% de los casos registrados en el país durante 2018.
La OPS detalla que del total de 73 muertes, 37 se produjeron en Delta Amacuro, 27 en Amazonas, seis en Miranda y tres en el Distrito Capital. No obstante, asociaciones civiles con presencia en las dos primeras entidades han alertado que las cifras de decesos son mayores.
Los galenos del J.M. de los Ríos también estiman que la cifra de 1.088 casos se abulta mucho más cuando se le incorporan los subregistros, datos que no fueron procesados o que quedaron por fuera, y advierten que el número de infecciones puede rozar los 1.500.
El primer caso llegó al hospital J.M. de los Ríos la semana del 22 de diciembre de 2017 y, desde entonces, los pacientes que presentaron el mismo cuadro clínico —sarpullido, tos y secreción nasal— no dejaron de llegar a las consultas.
Una bebé de un año de nacida proveniente de Catia fue la primera en fallecer por la enfermedad. La pequeña murió el jueves, 8 de febrero, en la emergencia del centro pediátrico.
Plagado de epidemias
El sarampión no es la única epidemia que se instaló en el J.M. de los Ríos. Hasta la fecha, la difteria también ha cobrado la vida de tres pacientes del hospital de niños. La última víctima de la enfermedad prevenible por vacuna, y que había sido erradicada hace más de 20 años, fue Ana Flores, de cuatro años de edad.
Según la OPS, el brote que inició en 2016 ha proliferado con más fuerza dos años después y ha ocasionado la muerte de 167 personas solo en 2018, cifra que supera en 62% el número de decesos del año anterior.
Con información de Efecto Cocuyo