La primera actualización de la Encuesta Nacional de Hospitales de 2020, corroboró el auge de un problema cada vez más extendido en la red hospitalaria nacional: la escasez de agua. De acuerdo con el monitoreo dirigido por la asociación civil Red de Médicos por la Salud, el servicio es intermitente en 70% de los establecimientos.

Julio Castro, representante de la ONG, precisó que en la mayoría de los establecimientos el suministro de agua es continuo dos días a la semana en promedio. Solo en 9% de los hospitales reciben agua todos los días de la semana. Esta tendencia que consolidó en marzo de 2019, durante los apagones masivos que se registraron en 21 estados.

«En promedio el 70 % de los hospitales reportaron falta de agua. La gran mayoría de los hospitales tiene agua de forma intermitente. Esto quiere decir que el servicio solo está disponible una o dos veces a la semana», expuso.

El médico infectólogo del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, repasó los problemas de funcionamiento que implica la falta de agua. El recurrente desabastecimiento afecta la operatividad de quirófanos, salas de emergencia y de parto, así como la higiene de las unidades de hospitalización.

«Es importante que digamos que la situación de un hospital será normal solo cuando tenga los 365 días del año agua y luz de manera continua», añadió.

Precariedad

El doctor Gustavo Villasmil, especialista en asuntos sanitarios, caracterizó el momento que vive el sistema de salud venezolano. Pero, en específico, al impacto de la emergencia humanitaria compleja continuada y la inexistente coordinación de la respuesta humanitaria.

«En Venezuela nos adentramos en la normalización de lo precario. Un venezolano que nazca hoy tiene que quitarle dos años y medio a su esperanza de vida teórica», espetó.

De acuerdo con su análisis, lo precario se ha normalizado, cuando la escasez del servicio de agua pasa desapercibida en el conjunto de carencias que padecen los pacientes en instituciones públicas para lograr una recuperación de su salud.

«En Venezuela es excepcional tener agua todos los días en un hospital. Eso es en sí mismo un síntoma de la involución, que refuerza la tesis de que la falla es estructural», completó.

Castro coincidió con esta observación y con cifras alegó que la tendencia a la desigualdad en el acceso a servicios de salud oportunos y de calidad es lo único que se ha consolidado desde 2014, cuando se concibió la estadística.

«Las grandes ciudades como Valencia, Caracas y Maracay tienen menor desabastecimiento en hospitales. Los servicios de tomografía está en 70% de operatividad. En 2019 registramos 2.602 muertes cardiovasculares evitables y 2.256 muertes evitables de trauma agudo. No todos los venezolanos que llegan a los hospitales tienen la misma probabilidad de atención y eso es injusto», concluyó.

Con información de El Pitazo.

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