Empresarios aseguran que el barril de formol subió a Bs 120 mil.

295 mil bolívares. Ese es el precio más módico que se consigue en la Gran Caracas por el servicio funerario básico, el cual incluye preparación del cadáver (maquillaje y vestimenta), velación, refrigerio (café y avena), traslado del cuerpo y asesoría legal. Esta cifra se ajusta constantemente hacia el alza, por el impacto de la inflación.

Las razones son múltiples, pero la que más impacta al sector funerario es el hecho de que los materiales para la fabricación de las urnas son importados y son comprados al dólar negro, cuya cotización aumenta progresivamente.

«Ha habido problemas con la producción nacional del latón, material que se utiliza para contener los ataúdes, tanto que se está trabajando por cupos para comprar los materiales y los costos están disparados», reconoce un trabajador de la Funeraria José Gregorio Hernández de Los Teques.

«Estamos hablando de pintura, bisagras y madera, entre otros muchos insumos que no se consiguen con facilidad ni a buenos precios. Esto también lleva a una especulación por parte de los fabricantes, quienes temerosos de los nuevos precios que van a encontrar en el mercado cuando les toque reponer el inventario, ajustan cada vez más al ojo por ciento».

Esta variación en los precios  afecta al servicio  funerario, sector que no puede trasladar costos libremente.  «Nosotros somos fiscalizados una vez al mes por un representante del Banco Central de Venezuela (BCV) para fijar el índice de precios, y aunque la Ley de Precios Justos es obviada por otros eslabones de la cadena, nosotros sí estamos atados de manos porque si no la cumplimos las sanciones son muy severas», reconoció Efrén Gothop, asesor jurídico de la Funeraria Isabel XXI, ubicada en El Paraíso, Caracas. «La situación país hace que por el poder adquisitivo las personas se inclinen más por el servicio básico; sin embargo, hemos llegado a hacer trabajos que alcanzan el millón de bolívares porque quieren lo más ostentoso para despedir a su ser querido; evidentemente no es el común denominador por la situación país, pero sí ocurre eventualmente».

Golpeados por la carga laboral que impone cada decreto presidencial, en las funerarias buscan las maneras de lidiar con la inflación que llevó el barril de formol que en el 2015 se cotizaba en 32 mil bolívares a costar ahora Bs 120 mil, mientras que las urnas de metal que adquirían entre 30 y 35 mil bolívares hace un año ahora se coticen entre 95  y 100 mil bolívares, estructura de costos a la que se le suma el 30 % que deben pagar a los gestores, que son conocidos en el mundo funerario como «zamuros».

FUENTE: CON INFORMACIÓN DE EL UNIVERSAL

LOS TEQUES, 28/08/2016

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