El Instituto de Medicina Tropical (IMT) que presta sus servicios como parte de la Universidad Central de Venezuela enfrenta serias dificultades operativas por la falta de recursos.

El IMT presenta carencias de personal administrativo, de investigación y seguridad. Además de la escasez de reactivos que impide hacer los análisis pertinentes para los pacientes que acuden allí; y por si fuera poco estudiantes, enfermos e instalaciones son víctimas frecuentes del hampa.

En marzo, dos robos consecutivos al Instituto de Medicina Tropical obligaron a los directivos a cerrar sus puertas, y suspender así las consultas al público, y las prácticas de laboratorio de casi 1.900 estudiantes de Medicina, pertenecientes a las cátedras de Parasitología, Microbiología y Medicina Tropical. Los ladrones se llevaron computadoras, microondas, impresoras, cajas registradoras, cableado, y hasta reventaron microscopios.

El robo afectó a los pacientes porque en alguna de las 25 computadoras que se llevaron los ladrones estaban las historias clínicas y resultados.

FORMACIÓN A MEDIAS

El incremento de la delincuencia y la falta de seguridad ha reducido los horarios de clase: “A las cuatro de la tarde ya nos están tocando la puerta para que terminemos clases; cuando antes, recuerdo que los más temprano que salía era a las siete de la noche”, contó Carmen Durán, profesora de Parasitología en el IMT.

La paralización de las prácticas por el cierre del IMT retrasan los cursos e impide que los alumnos de los años anteriores inicien su período académico.

FUENTE: SUMARIUM

20/09/16

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