En 2018 la crisis hospitalaria se agudizó en el hospital José Manuel de los Ríos. El año cierra en negativo para el centro pediátrico más importante del país, cada vez más deteriorado por el desabastecimiento. Los niños se quedan sin antibióticos y con menos personal, menos camas y menos cirugías que el año pasado.
Los antibióticos de amplio espectro y los antifúngicos empezaron a escasear con cada vez más frecuencia a partir de agosto de este año. Sin embargo, en noviembre la situación se volvió insostenible. Desde hace más de un mes no hay cómo tratar infecciones por hongos o bacterias.
“No hay Vancomicina ni Meropenem ni Anfotericina B. Tenemos a una niña hospitalizada con una infección adquirida en el hospital y no hay los antibióticos para tratarla”, denuncia Sonia Sifontes, vicepresidenta de la Sociedad Médica del hospital J.M de los Ríos.
La ausencia de antibióticos ha causado la muerte de al menos tres niños con leucemia, todos atendidos en el servicio de Hematología del hospital.
“La situación es muy delicada. Los niños no se han muerto por su patología de base, sino por una infección. Este último semestre ha sido muy grave”, lamenta Katherine Martínez, directora de la ONG Prepara Familia.
No solo los antibióticos son escasos en el hospital. También las cirugías. La falta de médicos, el desabastecimiento de insumos y el déficit de anestesiólogos han traído como consecuencia una disminución radical del número de cirugías practicadas en el J.M. de los Ríos.
“El año pasado hacíamos unas 30 cirugías por semana. Ahora hacemos alrededor de cuatro o cinco. Solo contamos con cinco anestesiólogos para todo el hospital y para los siete días de la semana. Uno está de vacaciones”, detalla un médico cirujano del hospital.
El número de camas y de pacientes atendidos también ha ido en picada por la crisis hospitalaria. “Actualmente tenemos 95 pacientes hospitalizados cuando el año pasado estábamos por encima de los 160. Para principios del 2000, el J.M. de los Ríos llegó a contar con más de 300 camas”, detalla Sifontes.
La vicepresidente de la Sociedad Médica añade que hay especialidades del centro pediátrico “que quedaron desiertas o con apenas un residente”. Fuentes internas indicaron a Efecto Cocuyo que se estima que más de 500 trabajadores han abandonado sus cargos.
“De un cupo de 25 residentes en el posgrado de Pediatría, apenas hay seis que están ocupados”, precisa Sifontes. El servicio de Cirugía cerró por falta de médicos y los 14 cupos del área fueron asignados a otros servicios.
El servicio de Cardiología también está en “terapia intensiva”, apenas con un residente y un adjunto.
Sin mantenimiento ni equipos
El año 2018 también cierra sin la campana de flujo laminar, equipo utilizado para la preparación de quimioterapias de los servicios de Oncología y Hematología. Desde principios de año, la máquina presentó fallas y durante meses los niños han dependido del Hospital de Clínicas Caracas y el Hospital Domingo Luciani para preparar las mezclas.
A mediados de diciembre llegó la campana al hospital. Sin embargo, el equipo aún no ha sido instalado y los pacientes todavía están al amparo de otros centros de salud para poder recibir tratamiento. “No sabemos cuándo la vayan a instalar porque estamos en diciembre. No han conseguido los técnicos”, indica una fuente interna.
Martínez también denuncia que las autoridades del J.M. de los Ríos no han cumplido con el tratamiento de los tanques de agua que surten al servicio de Nefrología ni las plantas de ósmosis. Cada tres meses hay que realizar la limpieza, pero desde febrero y mayo, respectivamente, no se ha hecho el mantenimiento debido.
“Desde febrero no limpian los tanques y desde mayo no se le hace tratamiento a la planta de ósmosis. Hay varios niños infectados. El problema es que, si no se hace mantenimiento, aparecen las bacterias y no hay antibióticos en todo el hospital“, lamenta la directora de la ONG.
Con información de Efecto Cocuyo