«Si los hospitales están abandonados, la salud mental está en la ruina, yo me atrevo a calificar eso de indolencia. Realmente, no hay interés por darle atención al paciente psiquiátrico», denuncia el médico Pedro Delgado, miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría.

«Si los hospitales están abandonados, la salud mental está en la ruina, yo me atrevo a calificar eso de indolencia. Realmente, no hay interés por darle atención al paciente psiquiátrico», denuncia el médico Pedro Delgado, miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría.

No hay cifras oficiales y el Gobierno no hace ningún comentario sobre el sistema nacional de salud mental, pero abundan las historias que, en forma de anécdota o denuncia, desvelan el abandono en que se encuentra este sector y, por ende, todos aquellos ciudadanos que requieren cuidados de este tipo.

Si la crisis sanitaria que vive Venezuela desde hace años se traduce en una altísima falta de medicamentos, materiales médicos y personal calificado, la situación en los servicios de psiquiatría es el doble de grave, pues las calamidades parecen solo importar a estos pacientes y sus familiares. El resto del país está enfocado en sobrevivir.

Esta situación se ha incrementado en medio de la pandemia por COVID-19, lo que ha dejado aun con menos capacidad de maniobra a los servicios de salud mental, justo cuando la Organización de Naciones Unidas (ONU) señala insistentemente la necesidad de trabajar más en esta área, a fin de aliviar los embates psicológicos del confinamiento.

El diagnóstico

Un pequeño estudio realizado por médicos de manera voluntaria y anónima aporta las primeras luces: hay pacientes olvidados dentro de centros de salud mental, otros están en casas de familiares y el resto, quizá la parte mayoritaria, deambula hoy entre la indigencia que se extiende en medio de la crisis económica.

Así lo explicó a EFE el médico Pedro Delgado, miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, quien coordinó un estudio nacional para ver cuáles eran las condiciones de los centros de salud mental en Venezuela al término del año 2019.

Los resultados mostraron que solo el 50% de las camas de hospitalización en estos lugares estaba operativa, pero apenas atendían a un 24% de pacientes de la capacidad instalada, un número que bajó durante 2020, cuando algunos centros cerraron por completo por falta de personal, fármacos y fallas en los servicios públicos.

Con información de El Pitazo

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