Gritan «¡Vacunas masivas, yaaa!» y a una sola voz desde el sector salud, empresarial, gremios, sindicatos de empresas del Estado, comunidad estudiantil y la Iglesia. Tiemblan por las consecuencias del Covid 19 sin la sólida plataforma sanitaria, ni un riguroso cerco epidemiológico que no profundiza más allá de las intermitencias entre semanas radicales o flexibles, sin alternativas de planes económicos y un esquema de vacunación que no llega al 1.5% y apenas podría empezar a formalizarse en agosto 2.021. Sin la prevención ni protección, el virus seguirá mutando y tiñendo de angustias y luto. Cada vez más violento al superar los 134 millones de infectados en el mundo y más de 171 mil venezolanos contagiados.
El descontento estremece hasta a los jóvenes, ante un abril que abrió con las cifras más altas de contagiados y a mayor riesgo de contraer la variante brasileña, una cepa más infecciosa y agresiva con una rapidez que puede consumir al paciente. El día 4 captó la atención del gobierno con el récord de la data más alta en todo el año de pandemia, de 1.786 casos y luego la organización Médicos Unidos de Venezuela registró 442 personal sanitario fallecido. La impotencia de los estudiantes se apreció frente al hospital clínico universitario de Caracas, con un grupo exigiendo vacunas y con bolsas negras de basura, simulaban cuerpos con el llamado al cese de la muerte. Esta denuncia también llegó al hospital de Barquisimeto, con otros jóvenes que se identificaban con el tricolor nacional y pegando carteles, en donde se leía: «¡No más muertos!» y «¡Vacunas ya!».
Mientras a final de marzo, Colombia ya superaba los 2 millones de vacunados, el esquema inicial criollo apenas se acercaba al 1.5%. Una cuenta que no le cuadra a José Félix Oletta, exministro de Salud, ante la confirmación de 250 mil inmunizados en los primeros 45 días. Un avance a cuentagotas para alcanzar ese 70% necesario para la inmunización de rebaño y que debería cubrir 30 millones de dosis. Con ese pronóstico de tiempo, advierte que se podría extender a una espera de hasta 7 años. De allí, la procura de un abanico de vacunas y garantizar mayor cobertura.
La gravedad del asunto fue discutida el pasado viernes entre representantes de varios hospitales y la directiva de la Federación Médica Venezolana. Su titular Douglas León Natera confirmó que el punto central fue la exigencia de la vacunación masiva para todo el personal sanitario en el país. «No se puede centralizar y tener la prioridad para el gobierno, sus allegados y para el 95% de los cubanos, de quienes no se tiene certeza si todos son médicos», denunció mientras apenas hace pocos días fue que empezó la aplicación en el hospital de Los Magallanes de Catia y la semana pasada aún sin indicios en El Algodonal de Caracas.
Criticó que el personal debe «peregrinar» por la vacuna, que no debería tener color político y sabiendo la alta demanda de las mismas en el mundo, el gobierno venezolano se empeña en negar la AstraZeneca de la Organización Paramericana de la Salud (OPS), persistiendo la deuda ante dicha entidad.
«Se debe dejar entrar a la AstraZeneca, considerando lo fuerte del virus y que la mayoría de nuestra población está desnutrida, que puede comprometer la respuesta del sistema inmunológico», señaló Deyanira Gentille, representante del Colegio de Médicos de Lara, recordando que solamente la vacuna puede detener la rapidez y ferocidad de los síntomas hasta la etapa crítica. El Covid 19 es tan fuerte que reinfecta y ataca a inmunizados.
Les preocupa tanto, ante al caso de familias con varios integrantes hospitalizados o en aislamiento domiciliario. Pero al ver la realidad, caen en cuenta que no se ha terminado con la primera línea de priorizados, como lo es el personal sanitario tanto público como privado.
Exigen la aplicación de un esquema de vacunación, pero bien planificado que empieza desde el sector salud, funcionarios de seguridad, adultos mayores, docentes y sin tardar mucho para cubrir al resto de la población con las 30 millones de dosis requeridas que tanto recuerda la Academia de Medicina.
Inmunización en tiempo y garantía
Ante el anuncio de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, de que la vacunación masiva arrancaría formalmente en el segundo cuatrimestre de 2.021, las reacciones empezaron por el recordatorio del riesgo a mayor contagio, cuando debería ser un esquema paulatino.
«No se puede esperar hasta agosto porque el pico de la curva sigue subiendo», advirtió Luzmila Leal, desde Médicos Unidos en Lara y exigiendo el acceso inmediato de las vacunas AstraZeneca. Recordó que a mayor posibilidad, más alcance de la vacunación.
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Con información de La Prensa de Lara