En el local ya no queda espacio para ubicar más electrodomésticos. Durante el día, pueden llegar en promedio 80 equipos para ser reparados en el taller ubicado en el Centro Comercial Unicentro El Marqués, en Caracas, donde José Antonio Gutiérrez es el encargado. Hasta los fines de semana, asegura, se forman colas de personas a la espera de su turno para ser atendidas. “El problema es que de 80 aparatos, vienen a retirar 25“, acotó.
Calculan que los clientes han aumentado en 70%. Sin embargo, quienes son considerados futuros clientes, llegan al taller, dejan el electrodoméstico y cuando están listos, no regresan a buscarlo. “Los llamamos, les mandamos mensajes y nos dicen que busquemos nosotros qué hacer con el equipo porque no tienen real para pagar“, precisó Gutiérrez.
El arreglo más económico de un aparato pequeño (como licuadora, cafetera, secadora de pelo o plancha) cuesta entre 5 mil y 6 mil bolívares, mientras que la reparación simple de una nevera, lavadora, secadora, microondas, televisor o aire acondicionado vale más de Bs. 10.000. Pero comprar nuevo el motor de una licuadora, por ejemplo, sale en 72.000, revela Gutiérrez.
Más allá de los electrodomésticos que no son buscados por sus dueños, ” aquí hay aparatos desde hace tres años abandonados“, su mayor preocupación es la inversión que hace en la compra de los repuestos. “Ayer me llegó una factura que pasa los dos millones de bolívares. Las anteriores -hace pedidos cada dos semanas aproximadamente- no pasaban los Bs. 800 mil”.
Los aparatos que más se reciben en los talleres visitados por Efecto Cocuyo son secadores y planchas de pelo, microondas, licuadoras y planchas de ropa. Rosa Agra, encargada del taller Parador Eléctrico, ubicado en el Edificio Zingg, en la Av. Universidad, precisó que “hace tres años, comprar el dedito de la licuadora, salía en 3 bolívares; ahorita cuesta 750”.
En su negocio, donde la clientela se ha mantenido desde hace 60 años, ha aumentado en los últimos ocho meses la cantidad de personas que abandonan sus equipos. Yo los llamo y me dicen: “No, señora, quédese con eso. No tengo real para pagarle”.
Efecto Cocuyo consultó por Cocuyo Whatsapp sobre la existencia de un “cementerio de electrodomésticos” en los hogares venezolanos. Televisores, microondas, licuadoras, tostiarepas, neveras y secadoras de pelo, son parte de los equipos que se acumulan en los rincones de las casas.
“Se me hace difícil reparar el aire acondicionado, la lavadora automática y la licuadora dañada, por el alto costo de los repuestos“, expresa Julio Bermúdez, desde el estado Falcón. Para él “es imposible comprarlos nuevos”. El primero se dañó hace tres años y los otros dos, hace un año, mismo tiempo que lleva sin funcionar la nevera de Jean Pierre Solórzano, del estado Aragua.
Se le quemó el compresor. Repararla pasa los 100 mil bolívares si se le dañó el compresor, según los talleres consultados. “Comprarlo ahorita sale más caro de lo que costó nueva”, cuenta Solórzano, quien también guarda -desconoce hasta cuándo- un aire acondicionado que dejó de funcionar cuando comenzó el racionamiento eléctrico. Le costó 15 mil bolívares en el año 2008. En la actualidad, comprarlo supera los 390 mil bolívares, el de 18.000 BTU.
En el taller de reparación de electrodomésticos ubicado en la avenida Mohedano, en Chacao, asisten 60% más personas en comparación con el año anterior. “Los clientes vienen así esté lloviendo, tronando; el problema es que ahorita lo devolvemos más rápido”, dijo el encargado, de apellido Páez.
A Clodoaldo Molero, de Caracas, lo han regresado más de dos veces a casa con la cafetera, el tostiarepas y el televisor dañados por falta de repuestos. “En casa permanecen inservibles hasta que aparezcan las piezas, y el dinero alcance para repararlo”.
En la entrada del taller, Páez tiene una colección de al menos 40 microondas, unos arreglados y otros dañados, a la espera de sus propietarios. “Todos no tienen el dinero para pagar”, dice.
Precisó que hace tres años reparar un microondas, por ejemplo, costaba Bs. 1.000. Ahorita, nada más el magnetrón, el dispositivo que hace que el horno caliente, cuesta 85 mil bolívares. Comprarlo nuevo, vale entre Bs. 150 mil y Bs. 250 mil, según consultó Efecto Cocuyo en varias tiendas de Caracas.
Utilizar piezas de un aparato para componer otros de la misma naturaleza es cada vez más común. A Flor Romero se le dañó la lavadora hace cuatro años,y decidió utilizar algunas piezas para reparar otra que compró de segunda mano. “Todavía tengo la primera en un rincón del cuarto, por si se daña una pieza de la segunda, y solo pago la mano de obra“, explicó.
En el espacio de 10 metros cuadrados, donde Daniel Escalante trabaja reparando electrodomésticos desde hace 12 años en Chacao, no hay ni la séptima parte de los aparatos que dice tener almacenados. El resto lo guarda en un galpón en Santa Teresa del Tuy, en el estado Miranda.
“La gente viene para que le arregle sus aparatos y lo dejan aquí. Yo creo que mi hijo es el único niño de 12 años que tiene un televisor plasma de 50 pulgadas, equipo de sonido, Play Station y reproductor de DVD“, revela Escalante desde el espacio donde no puede caminar hacia los lados ni dar más de cinco pasos hacia atrás o hacia adelante.
Considera que la situación del país ha agravado el abandono de los electrodomésticos. “Todos no tienen la capacidad de cancelar el costo de la reparación“, dice.
FUENTE: EFECTO COCUYO
11 de septiembre de 2016