La subdirectora para las Américas de Human Rigths Watch (HRW), Tamara Taraciuk, calificó como «una vergüenza» la posibilidad de que Venezuela gobernada por Nicolás Maduro pueda ocupar un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

El próximo 17 de octubre se realizará la selección de 14 nuevos miembros al Consejo y en Latinoamérica hasta el pasado 3 de octubre solo habían dos candidatos (Venezuela y Brasil) para dos puestos.

La elección casi era automática hasta que se presentó como alternativa Costa Rica, con su presidente que dijo quería impedir darle voz al chavismo gobernante en la instancia más alta de defensa de DDHH de la ONU. «Es una vergüenza absoluta que el Estado capaz de torturar, ejecutar, ignorar una emergencia humanitaria esté sentado en el lugar más alto de los derechos humanos», reiteró Taraciuk este jueves 10 de octubre.

Tamara Taraciuk detalló que la escogencia la hacen en secreto los países miembros de la ONU, en la Asamblea General en Nueva York, donde con la mayoría simple de los votos se selecciona a los representantes del consejo por un periodo de dos años.

La representante de Human Rights Watch también explicó el papel que desempeñará la comisión de determinación de hechos que aprobó el Consejo de DDHH de la ONU para Venezuela.

Insistió en que es un mecanismo que representa «una victoria para las víctimas» porque les permitirá a quienes lo integren «buscar más evidencias que permitan hacer justicia» a quienes les han sido vulneradas sus garantías fundamentales.

Taraciuk dijo que en este momento se están buscando a los tres expertos internacionales independientes que la dirigirán y a las 14 personas que conformarán el equipo de trabajo.

Los expertos deben tener experiencia en derecho penal internacional, hablar preferiblemente castellano para hablar con las víctimas de forma más concreta y rápida, pero también que sean reconocidos en investigación y en delitos contra los derechos humanos.

«Sería ideal que entren a Venezuela para hacer investigación en el terreno, pero la gente de Maduro rechazó ya el mecanismo, pero no es un impedimento para que hagan su trabajo. Tenemos casos como los de Myanmar (antigua Birmania) y Corea del Norte donde pudieron trabajar a pesar de que no entraron a esos países».

Así zanjó la duda sobre la negativa o la imposibilidad de que puedan acceder a Venezuela, como ya lo dijo el propio representante de Maduro en Ginebra, Jorge Valero cuando se aprobó la resolución que creó el mecanismo.

«La relevancia central es que esta comisión tiene dinero y facultades para investigar lo que está pasando con la idea de determinar responsabilidades individuales, aquí ya sabemos lo que está pasando, no hace falta ya un diagnóstico».

Añadió que las ONG venezolanas tienen un papel fundamental para seguir brindando información y documentos, porque este informe del mecanismo permitirá entregarlo a la Corte Penal Internacional (CPI), donde ya existe un examen preliminar contra el gobierno de Maduro.

Con información de Efecto Cocuyo

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