El lunes 9 de julio de 2018, la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN) reveló que la inflación de junio fue 128,4% superando en 18 puntos la inflación del mes de mayo. Esto representa un incremento de 2,8% cada día, superior a las inflaciones anuales de Chile, Guyana, Perú y Ecuador, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional para 2018.
El informe del Índice Nacional de Precios al Consumidor de la AN, también señala que la inflación acumulada de junio 2018 con respecto a Diciembre de 2017, fue de 4.684,3% y que en los últimos doce meses la inflación anualizada fue de 46.305%.
En Venezuela los precios se duplican cada 25 días. Si ese ritmo se mantiene durante los próximos doce meses, 2018 cerraría con 676.877% de inflación y el aumento de precios acumulado para junio de 2019 sería de más de 2.003.231%.
Con todo este espiral inflacionario, el bolívar soberano murió antes de nacer. El tsunami de la hiperinflación, que se registró en junio de 128,4% no solo provocó la pérdida de la capacidad adquisitiva del “fuerte”, sino que ha hecho que la nueva familia de billetes y monedas –que suponen entrar en vigencia el 4 de agosto– se haya depreciado sin haber ni siquiera entrado en circulación. Si el bolívar soberano estuviese en circulación actualmente los venezolanos tendrían que desembolsar una gran cantidad de piezas para pagar un solo producto.
Fuente: INPCAN