Cientos de familias damnificadas, inundaciones, derrumbe de vías, deslaves y más de una veintena de víctimas que lamentar (saldo hasta el 2 septiembre, fecha de cierre de este especial) es lo que ha dejado la temporada de lluvias del 2021 en Venezuela: las precipitaciones han hecho estragos en al menos 10 estados del país. Todo esto en medio de la pandemia de la covid-19 y escasez de combustible. Hasta el momento los estados más afectados son Mérida, Anzoátegui y Bolívar.
El temporal ha mostrado una vez más la fuerza de la naturaleza y el cambio climático; también la respuesta tardía, falta de previsión, mantenimiento y abusos de los funcionarios revolucionarios.
TalCual junto a El Tiempo, Correo del Caroní, La Mañana, El Impulso, La Nación y Yaracuy al Día se unieron para mostrar y conocer de boca de los afectados cómo se ha vivido la emergencia en siete estados (Anzoátegui, Bolívar, Falcón, Lara, Mérida, Táchira y Yaracuy), cómo se encuentran los sistemas de drenaje en estas ciudades; cuál y cómo ha sido la respuesta de las autoridades competentes.
El Neverí superó los tres metros de altura
Desde 1970 el río Neverí no superaba su nivel normal de casi tres metros de altura. Aquel año se desbordó y causó inundaciones en gran parte de Barcelona y sus afueras. Esto llevó al entonces mandatario nacional Rafael Caldera a tomar la decisión de construir el canal de alivio, a fin de desviar las aguas hacia el mar, por la playa Caicara.
En los últimos años ni las autoridades locales ni regionales han realizado a profundidad el mantenimiento preventivo que requiere el desagüe; indicó a El Tiempo Luis Delgado, residente del sector El Cotoperí (municipio Bolívar).
«El canal de alivio debe tener entre cinco y seis años que no se limpia. Eso tiene un ancho, creo que el doble del canal del río. Es un caudal bastante grande y suficiente para mantener el agua fuera de estos sectores. Yo tengo 22 años y nunca había visto esta situación. El año pasado se metió una vez y este año van dos veces. Pedimos que nos ayuden a solucionar», resaltó Delgado.
El 29 de julio de 2021 se desbordó el río, llegó a las calles de Barcelona dejando 21 viviendas afectadas en la zona norte y un estado de alerta hacia la zona rural. Semanas más tarde, el 30 de agosto, se repetía el caos y en esta oportunidad dejando víctimas que lamentar: un hombre de 42 años y una niña de siete, ambos de la zona rural del municipio Simón Bolívar del estado oriental.
72 horas más tarde, el gobernador del estado, Antonio Barreto Sira, decretaba 30 días de «necesidad y urgencia» en la entidad y le solicitaba al Gobierno nacional declarar estado de emergencia y la asignación de recursos para la atención de los afectados. Hasta ese momento, 2 de septiembre, el saldo era de 1.500 familias damnificadas entre el municipio Bolívar y Sotillo.
Bolívar, 400 familias afectadas por las inundaciones
El 4 de agosto, 15 sectores de Upata (Bolívar) estaban afectados por el desborde del río Cupapuicito. 11 días más tarde, se declaró la alerta roja en el río Caroní, al alcanzar los 12,71 metros sobre el nivel del mar, 21 centímetros por encima del nivel de alerta roja. 48 horas después, la cota se ubicó en 12,84 msnm; también las lluvias en Ciudad Guayana dejaban 66 familias en albergues y más de 400 afectadas por las inundaciones.
Las fuertes precipitaciones ocasionaron también el derrumbe de un tramo de la vía principal de acceso entre El Pao y San Félix.
En Bolívar, los afectados siguen con el agua al cuello y esperando por atención de las autoridades.
En Falcón la historia con las lluvias es de temer
Falcón tiene historia en cuanto a los efectos de las lluvias. Hay que recordar lo ocurrido en el año 2000 con el desbordamiento del río Coro y la amenaza de desbordamiento de la represa de Játira, en el municipio Acosta; que amenazó seriamente a San Juan de la Costa, Chichiriviche y zonas aledañas.
Con la llegada de las lluvias, los pobladores de algunos sectores de la costa oriental de Falcón (COF) vuelven a sentir preocupación por las anegaciones que se producen en zonas que son vulnerables, debido a la ausencia de sistemas de drenajes, falta de canalización y de limpieza periódica de cauces y caños.
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Con información de Tal Cual