Tan solo entre Sidor y Venalum los trabajadores contabilizan más de 70 fallecidos, la mayoría con síntomas de COVID-19. No tienen seguro médico porque las empresas llevan más de un año con una multimillonaria deuda con las clínicas.
No contar con seguro médico en una Venezuela, país con un sistema de salud pública precario, es parte de la causa de muerte de decenas de trabajadores de las empresas básicas. Desde que comenzó la pandemia son más los fallecidos con síntomas de COVID-19 que no contaron con atención en una clínica privada o encontraron hospitales colapsados.
En Sidor contabilizan al menos 33 trabajadores fallecidos desde el 8 de julio, sostuvo Carlos Ramírez, trabajador con 35 años de servicio en la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro. La mayoría murió por problemas pulmonares que, asumen, estuvieron asociados a COVID-19.
Hasta ahora Sidor no ha prestado ningún tipo de colaboración más allá de que los meten en una bolsa y los entierran sin que los familiares los vean. El HCM que teníamos en Sidor desapareció completamente, nos desactivaron, no podemos ni ir a pedir medicinas en una farmacia que tienen en la empresa. No nos atienden en ninguna de las clínicas. En algunos casos el supervisor te dice que te llegues a Guaiparo o Uyapar, pero uno llega allá y no hay nada. Después de que teníamos un buen contrato colectivo, la CVG y Nicolás Maduro nos tienen en el abandono», denunció.
Trabajadores y familiares
De esos 33 trabajadores fallecidos, al menos la mitad formaba parte del plan de contingencia que se activó desde marzo con la cuarentena nacional. En esa estadística extraoficial no están incluidos familiares que también fallecieron por falta de seguro médico, con el que solían contar por parte de algunas de las industrias de Guayana.
Para Ramírez, la solución de momento es la toma de guarapos con plantas medicinales —una alternativa desaconsejada por médicos—. Lo vivió hace un tiempo con su esposa y una crisis hipertensiva. No recibió la atención médica oportuna y regresó a su casa a tomar una infusión de té de hojas de guanábana, con la que pudo controlársela. Su suegro, sin embargo, tiene casi un año esperando por una operación para una prótesis de fémur.
Hay más de 2500 personas con solicitudes de clave del seguro médico para que lo atiendan, y no lo hacen. La situación es caótica en el nivel de salud, tanto en las empresas como en el sector público», agregó.
En Venalum, la cifra de trabajadores y jubilados fallecidos desde que comenzó la cuarentena es de por lo menos 40, denunció recientemente Fidel Brito, jubilado de esta empresa. Ferrominera también tiene sus casos. El más reciente fue el de una empleada recluida en el hospital de esta estatal, doctor Américo Bavó, el cual estuvo 11 días sin oxígeno.
Morir en pandemia por falta de seguro médico
El suegro de Carlos Ramírez lleva casi un año esperando por una operación de fémur. Foto Jhoalys Siverio
El reto de las clínicas
Los seguros médicos de la mayoría de las industrias de Guayana están suspendidos por la deuda con las clínicas. Aunque la Asociación de Clínicas de Guayana (Asocligua) no ha dado a conocer el monto exacto de esa deuda, para septiembre del año pasado médicos calcularon que solo Pdvsa acumulaba una suma de más de ocho millardos de bolívares, aproximadamente 400.000 dólares para entonces.
La deuda de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) estaba por el orden de esa misma cifra, según calculó el gremio de médicos cuando en septiembre del año pasado comunicaron que solo atenderían emergencias hasta que CVG y Pdvsa saldaran lo adeudado desde noviembre de 2018.
Para las clínicas tampoco ha sido fácil enfrentar la pandemia y la hiperinflación en el país. Uno de los retos es precisamente la dotación de oxígeno, ya que las compañías que les suministraban se fueron del país por los altos costos de los fletes. Sin embargo, actualmente resuelven mediante la dotación de Sidor, comentó César Dommar, presidente de la Clínica Unare, en Puerto Ordaz.
La automedicación
Dommar señaló que el problema también está en los laboratorios y los constantes exámenes que deben repetir frecuentemente, y los reactivos son sumamente costosos. «Eso no lo aguanta cualquiera, sobre todo en un país donde los seguros casi no existen».
Una prueba de Dímero D, por ejemplo, que se utiliza para buscar problemas de coagulación sanguínea, cuesta unos dos millones de bolívares, unos 6 dólares. Un perfil 20 cuesta alrededor de 20 dólares.
Hay seguros médicos que están incluyendo cobertura para COVID-19, en promedio 200 millones de bolívares. «Pero si te llegan a meter en una terapia intensiva, eso se te va en dos días», advierte Dommar.
Otro elemento es que la gente prioriza su manutención, y por encima de eso está cualquier síntoma que pueda parecer sugestivo y se lo achaca a otra circunstancia (…) Cada quien decidió automedicarse y eso es malo. Es bueno en el sentido que la gente es consciente, de forma prematura, que con tanta información el ciudadano común se ha ido puliendo en eso, en las primeras sospechas comienza a tomar vitaminas C, D, Ibuprofeno, y lógicamente si se ataca en la primera etapa se ataja», explicó.
Pero por otra parte, si el paciente llega a una etapa más avanzada y no tiene apoyo para la dotación de medicinas, comprarlas se le hace insostenible.
Las clínicas enfrentan a su vez las informaciones que se difunden por redes sociales cuando muere un paciente sospechoso de COVID-19. A pesar de cumplir con el protocolo sanitario, la desinformación genera un efecto en el que pacientes y hasta el personal asistencial temen asistir al centro clínico.
Personal sanitario en peligro
No es solo el ciudadano común el que no cuenta con seguro médico, ni para atenderse un posible contagio de COVID-19 o cualquier otra patología. El personal de salud, desde médicos y enfermeros, hasta camilleros y camareras, son parte de la población afectada.
De acuerdo con Maritza Moreno, presidenta del Colegio de Enfermeros de Ciudad Guayana, en las áreas COVID-19 de los hospitales Uyapar, Dr. Raúl Leoni y Américo Bavó, laboran más de 220 personas, de las cuales 40 % presenta síntomas de coronavirus.
En el hospital Ruíz y Páez, 70 % del personal de salud tiene síntomas de COVID-19, señaló Camilo Torres, vicepresidente del Colegio de Enfermeros de Ciudad Bolívar.
La mayoría no cuenta con seguro médico y cubrir el tratamiento implica la ayuda de fundaciones y particulares. Bajo esa misma modalidad es que se han estado dotando de insumos de bioseguridad para seguir laborando en pandemia.
Hasta el 28 de agosto, la organización Médicos Unidos por Venezuela reportó 11 trabajadores del sector salud fallecidos presuntamente por COVID-19, en Bolívar.
Con información de Crónica Uno