Trabajadores de la briquetera Orinoco Iron, expropiada en 2009, arrancaron esta semana con una protesta en la avenida Fuerzas Armadas en contra de la persecución laboral que, aseguran, encabeza el presidente de la estatal, Wilfredo Villarroel; y en reclamo por el retraso en el pago de pasivos laborales y los tres últimos aumentos salariales por decreto presidencial.
La protesta inició cerca de las 6:30 de la mañana y concluyó dos horas después. Orangel Palma, trabajador de la briquetera e integrante del Movimiento 11, destacó que en los últimos meses se han elevado las violaciones del contrato colectivo, cuyo alcance desconocen, y las prácticas antisindicales con persecución y amenazas a los nuevos ingresos principalmente.
Explicó que a los trabajadores que ingresaron a la nómina fija en los últimos meses, “los obligaron a afiliarse a Sutrametal Bolívar y hemos investigado y ese sindicato no existe, no está en el Registro Nacional de Sindicatos. Por eso comenzamos la migración de esos trabajadores a Sintraori para que se hagan las elecciones. A partir de esto, desde la empresa han presionado y violado la libertad sindical diciendo a los trabajadores que no pueden afiliarse a otro sindicato”.
Palma añadió que los trabajadores de la briquetera, rebautizada como Briquetera del Orinoco tras la expropiación, carecen del pago de adelantos de prestaciones sociales, caja de ahorro y los aumentos de noviembre de 2015, y de mayo y septiembre de 2016, lo que ha afectado la escala salarial.
“El salario base en la empresa es de 22 mil bolívares y ya el salario mínimo nos alcanzó. El comedor es deficiente y la dotación no la hemos recibido, ni los implementos de seguridad. Esa serie de situaciones se juntaron”.
El movimiento 11, destacó, ha emprendido una serie de protestas debido al silencio sindical, “sin trancar calles, para que nos tomen en cuenta y nos mantendremos protestando para que nos escuchen (…) estamos desprotegidos y hemos tomado la iniciativa de emprender denuncias, quejas y protestas”.
Baja inversión y calidad
Palma denunció que en la briquetera opera solo uno de los cuatro trenes de producción que posee la planta, que produce a partir de finos de mineral de hierro suministrados por la estatal Ferrominera Orinoco.
Además de la baja operatividad, sostuvo que producen por debajo de los estándares de calidad requeridos. “Trabajamos con mineral fino y eso tiene que pasar por una serie de filtros para que se reduzca más, pero los filtros o mallas están dañados y pasa sin ser procesado adecuadamente”. Desconocen el destino y qué clientes están comprando las briquetas en estas condiciones.
Palma informó que solicitaron un derecho de palabra ante la comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, que esperan concretar una vez se reanude el periodo de sesiones.
En el complejo de briqueteras de Guayana, Orinoco Iron era la única que había logrado esquivar problemas medulares en el resto como la falta de pellas, debido a su producción a partir de finos de mineral de hierro. Sin embargo, el déficit de insumos y la desinversión tecnológica la arropa como al resto.
FUENTE: CORREO DEL CARONÍ
13/09/2016