Empleados denunciaron el cierre de operaciones de la planta ubicada de Los Guayos, estado Carabobo. La información se conoció extraoficialmente a través de un comunicado que se publicó en las redes sociales. La empresa aún no ha emitido información oficial al respecto.

De confirmarse el hecho más de 1.000 trabajadores podrían quedar sin empleo. Según el texto, la compañía agradeció a sus empleados y anunció que además de cumplir con todos las compensaciones que ordena la ley en estos casos, se hará un pago extraordinario y se otorgarán 10 cauchos para cada trabajador.

El trabajador de Goodyear, Luis Lovera, dijo en declaraciones al canal Vpitv que la empresa operó con normalidad hasta el viernes pasado y hoy cuando asistieron a sus puestos de trabajo encontraron las instalaciones cerradas y con el aviso de clausura. Hasta ahora no han recibido más información sobre el procedimiento.

La graves crisis económica que atraviesa el país empujada cada vez más a las compañías que buscan sostenerse bajo un marco en el que la hiperinflación ha hecho mella en los bolsillos de los venezolanos, hoy seriamente impactados por el colapso de la que solía ser la cuarta economía de América Latina y un apetecido mercado para grandes empresas del mundo.

Goodyear, una de las fabricantes de neumáticos (cauchos en Venezuela) emplea a 64.000 personas en 22 países, en los que opera 48 instalaciones.

“Venezuela perdió en los últimos 20 años casi el 60 % de sus empresas”, aseguró en junio de este año el presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazabal. En noviembre, Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), afirmó que en lo que va de 2018, un 22% de las empresas han cerrado.

En su informe de resultados corporativos del cierre de 2017, emitido a comienzos de 2018, la trasnacional GoodYear Tire and Rubber Co señalaba los problemas asociados a la no convertibilidad entre el bolívar venezolano y el dólar estadounidense y la dificultad para repatriar dividendos.

El sistema cambiario y económico  venezolano “ha restringido la capacidad de nuestra subsidiaria venezolana para pagar dividendos y regalías y para liquidar pasivos”, señala el informe.

“Estas regulaciones cambiarias, combinadas con otras regulaciones gubernamentales como los controles de precios y de márgenes de ganancia y las estrictas leyes laborales, han limitado significativamente nuestra capacidad para tomar y ejecutar decisiones operativas en nuestra subsidiaria venezolana”, argumentaba.

“Esta falta de convertibilidad de moneda, combinada con estas otras restricciones operativas, han limitado significativamente la capacidad de nuestra subsidiaria venezolana para mantener la producción normal y el control sobre sus operaciones. Esperamos que estas condiciones continúen en el futuro previsible”, agregaba en sus notas al pie  de página del informe.

Esas condiciones fueron las que llevaron a partir del 31 de diciembre de 2015, a concluir que “no cumplimos con los criterios contables para el control de nuestra subsidiaria venezolana y comenzamos a informar los resultados de nuestra subsidiaria venezolana utilizando el método de costo de la contabilidad”.

Con información de El Estimulo

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