Los transportistas de Caracas solo están recibiendo 40 litros semanales de gasolina, lo que les impide trabajar una jornada completa.
El presidente del Bloque-Suroeste, Pedro Domínguez, aseguró que pese a que la orden dada por la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi) es la de despachar 80 litros por cada transportista, en las estaciones de servicio les distribuyen la mitad.
“Se manejan varios criterios. La Zodi Caracas autorizó 80 litros, pero en las estaciones hay otro plan. Algunas solo despachan 30 litros a un transporte, que es una vez a la semana y solo dan para cubrir media guardia cuando mucho”, explicó a Efecto Cocuyo.
Los transportistas se reunieron este martes, 21 de abril, con el encargado del plan de distribución de la Zodi-Caracas, el general Wistohor Chourio Andrade, a quien expusieron las irregularidades para que les distribuyan gasolina.
Domínguez dijo que el encuentro, celebrado en la sede del Fondo de Transporte Urbano (Fontur), les explicaron que en el país no hay gasolina. Las dos refinerías del Complejo Amuay en Falcón no están produciendo el hidrocarburo, mientras que El Palito, en Carabobo, comenzará a producir.
En esta última, en palabras del dirigente, se producirá una gasolina de “menor calidad, sin aditivos”, ante las dificultades para importar los químicos.
Carlos Grujeles esperaba por usuarios en la parada de San Bernardino este 21 de abril. De 57 unidades de la Línea Trébol que operan solo cuatro desde que se agudizó la escasez de gasolina en la capital.
Gasolina en 16 estaciones
Pese al plan pico y placa en 24 estaciones de servicio de la capital y de las 16 en las que pueden surtir los conductores, Grujeles y sus compañeros deben acudir a La India por los 40 litros de gasolina.
En la gasolinera Anauco, en San Bernardino, la comunidad les impide abastecerse de combustible pese a que prestan servicio para los residentes de la parroquia.
“Perdí cinco colas en la Anauco. Nos dijeron que no les daba la gana de darnos gasolina. Así me pasó a mí y a varios compañeros también”, resaltó.
Ante esto es casi imposible que puedan trabajar más de dos días a la semana, lo que afecta la movilización de quienes salen a trabajar o comprar comida por la pandemia del COVID-19 en esta zona caraqueña.
“Hoy pude venir a trabajar después de una semana y solo he hecho tres vueltas. Voy a dar dos más y me iré; debo guardar lo poco que me queda de gasolina”, detalló.
En estación de servicio Anauco, en San Bernardino, no les permiten surtir
Con el gasoil es igual
Dos cuadras más abajo está la línea San Martín-Antímano. Allí Josman Rodríguez contó también las dificultades que tiene para obtener combustible.
La camioneta que maneja usa gasoil. Para llenar el tanque debe pagar de 200 mil a 300 mil bolívares. Lo hace en El Junquito, donde como a los que usan gasolina les despachan 40 litros.
“Nos quieren echar solo 40 litros de gasoil a la semana. Ya estoy practicamente sin gasoil. Con esto al día solo puedo montar unas 300 personas, cuando antes lo hacía con mil pasajeros”, expresó.
Domínguez manifestó que pese a que los transportes que usan gasoil tienen una pequeña ventaja porque hay más de este tipo de combustible, la situación también se está “tornando crítica” con este derivado.
El representante aseguró que con este panorama solo puede circular el 50 % de las unidades. “Una línea que tiene 50 unidades operativas, le trabajan 15 o 20. Es el común denominador en todas las líneas que represento”.
El Bloque Suroeste recorre El Junquito, Macarao, Antímano, Caricuao, La Vega, San Juan y El Paraíso. El pasaje pasó de 3.500 0 5 mil bolívares.
“El pasaje ha ido aumentando sistemáticamente, en algunas rutas se está cobrando 7 mil bolívares, esos 3.500 y 5.000 bolívares pasó a la historia. Viendo la situación con un dólar disparado y repuestos dolarizados, cómo se sobrevive. Con lo poquito se hace está buscando llevar algo a la casa”, añadió.
Cobran en dólares
Algunos transportistas consultados, que prefirieron mantenerse en el anonimato, denunciaron que en las estaciones de servicio de San Bernardino, los militares cobran en dólares a particulares. Les cobran hasta 20 dólares por una garrafa del producto.
“Hasta los bomberos (surtidores) nos piden ‘bajarnos en dólares’ para que nos den gasolina. Como nos negamos no nos prestaron servicio. La Dgcim tiene el control y maltrata a la gente”, sostuvieron.
Con información de Efecto Cocuyo