Apenas los venezolanos comenzaban a digerir lo que en la práctica diaria representaría el alza del salario mínimo integral de 25%, anunciado por Nicolás Maduro el 2 de julio, cuando los productos ya marcaban nuevos precios.

Cada cuatro meses se duplican los precios en Venezuela, de acuerdo con Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica. En declaraciones ofrecidas a El Estímulo la última semana de junio, advertía que si toma en cuenta la tasa de inflación mensual de 25% promedio que esperan para el resto del año, los precios se duplicarán cada tres meses.

La medida la dio a conocer el jefe de Estado el domingo y el lunes ya algunos establecimientos exhibían nuevos precios.

Catherine se acercó al Centro Comercial Sambil, en Caracas, el día lunes a comprar un par de zapatos deportivos a su pequeño hijo de seis años. “En realidad iba hacerlo el domingo, pero me compliqué y no pude sino hasta el lunes. Cuando llegué a la tienda los zapatos costaban Bs 8.000 más (13%) de lo que marcaban el fin de semana anterior, pero como no había cobrado la quincena no pude hacer la compra en ese momento”, dijo a El Estímulo.

Dependiendo del tipo de producto se ajustan los nuevos precios. Alimentos es la categoría que los venezolanos priorizan en tiempos de inflación de tres dígitos altos y de una profunda escasez de bienes esenciales.

En una panadería del este de Caracas se comenzó a vender el pan campesino en Bs 3.000 al día siguiente del anuncio presidencial. La harina de trigo, materia prima para la elaboración del popular alimento y cuya importación centraliza el gobierno, escasea por estos días con fuerza.

Es común ver en la Venezuela de Maduro panaderías sin pan, por lo que cuando aparece se forman largas colas para poder adquirirlo.

La demanda de este producto es inelástica, es decir, ante una variación en el precio, las cantidades demandadas son proporcionalmente menores a las del aumento en el precio. Este comportamiento es el que se da cuando productos de la cesta básica como carne, leche, huevos o el pan, como ocurre ahora, suben de precios.

A pesar del malestar que la decisión pueda causar, los consumidores no tienen otra opción que comprarlos.

Grupos que no representan una necesidad básica para la población son menos susceptibles de cambios bruscos en sus precios porque afectaría la ya baja demanda, como es el caso de vestido o ferretería.

“Estoy preocupada con lo que pueda conseguirme. El fin de semana fue a EPA (cadena de ferretería y artículos para el hogar) y vi una batea sencilla, en puro cemento, en Bs 36.000. No quise comprarla de buenas a primera. De hecho, pensaba acercarme a otras tiendas este feriado 5 de julio que no tengo que trabajar, pero me temo que el precio ya no sea el mismo”, afirma Claudia, quien acomoda su apartamento para mudarse con su pareja.

Andrea llegó a la oficina quejándose del alza desmesurada del café servido en barra que encontró en la panadería cercana a su sitio de trabajo. De Bs 1.900 que costaba el café grande el día anterior, pasó a Bs 3.000 (58%) y el pequeño tuvo un incremento de 100% al subir de Bs 1.000 a Bs 2.000.

Vanessa quiso saciar un antojo con un dulce de pastelería. Es una mini presentación que solía comprar en Bs 1.300 hasta la semana pasada, pero la realidad le estalló en la cara: un alza de 54%, a Bs 2.000, cuando ni siquiera ha cobrado la quincena con el nuevo sueldo.

“Apenas es 4 de julio, al llegar el 15 ya el aumento se lo habrá tragado la inflación”, dijo con cierta frustración la joven que aún no tiene cargas familiares, pero sí gastos de transporte y alimentación que consumen más de lo que gana al mes.

Maduro aumentó el salario mínimo en 50% a partir del 1º de julio, a Bs 97.531,56 sí como 13% el monto del bono alimentación (Bs 135.000 a Bs 153.000), con lo que se incrementan los costos de operación de los establecimientos comerciales y productivos que deben cumplir con el decreto, en medio de la peor recesión económica del país. Cifras de consultoras privadas dan cuenta de que el PIB cayó alrededor de 18% en 2016, una contracción que acumula tres años y se enfila hacia el cuarto.

Representantes gremiales han señalado que la medida presidencial ocasionará más inflación y desempleo. Pero para quienes manejan un negocio vinculada al área de alimentos básicos y quizá el de aseo personal, saben que satisfacen necesidades que no tienen muchos sustitutos en una economía donde escasea hasta el papel higiénico.

Con información de: El Estímulo

Fecha: 5 de julio de 2017

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