La tercera semana de enero se suspendieron las operaciones en el Instituto Oncológico Luis Razetti porque se robaron la tarjeta de la planta eléctrica y, como medida de seguridad, se suspendieron las intervenciones. Febrero está por terminar y todavía en este oncológico no hacen cirugías.
Uno de los cirujanos del hospital, quien prefirió resguardar su nombre, explicó que ante cualquier falla eléctrica el paciente corre el riesgo de fallecer en quirófano, puesto que no podrían continuar el procedimiento.
Los doctores se organizaron para conseguir un presupuesto y tratar de resolver la situación: se necesitan Bs. 800.000 para comprar la pieza robada. Aunque entregaron una comunicación al director y le adjuntaron el presupuesto, todavía no han recibido respuesta.
Los pabellones quirúrguicos no son los únicos afectados por la mano del hampa en el hospital, ubicado en el sector Cotiza de Caracas. Hace dos semanas se robaron los cables del departamento de imagenología, por lo que en el hospital no se realizan ni radiologías ni ecosonografías.
También se robaron un equipo para endoscopia, que ni siquiera saben la fecha. El equipo estaba bajo llave y hace unas semanas, cuando lo fueron a buscar, se dieron cuenta de que no estaba. Ocho cilindros grandes de oxígeno, de 2.000 libras, también fueron extraídos.
El hospital, uno de los principales centros oncológicos del país, tiene cuatro servicios: mama, cabeza y cuellos uterinos, vías digestivas y ginecología. Cada uno tiene entre 40 y 100 pacientes en lista de espera.
Otras fallas del hospital son los ascensores. En el centro hay cinco elevadores de los cuales solo funciona uno, y a medias. Según explicó el mismo galeno, algunas de las guayas que lo sostienen están rotas. Por precaución, solo se usa en emergencias o para traslado de pacientes, pero evitan subir o bajar con mucho peso.
Fuente: Efecto Cocuyo
Fecha: 24 de febrero de 2017