La vacunación contra el covid-19 en Suramérica acumula denuncias, acusaciones, e imputaciones, a funcionarios gubernamentales y dirigentes políticos. En Venezuela, no se ha anunciado un Plan Nacional de Vacunación y dentro del proceso han sido vacunados varios diputados. El padre Pedro Trigo, teólogo, señala que los políticos se creen dueños del poder y por eso lo administran a su conveniencia.

El proceso de vacunación contra el covid-19 ha generado discrecionalidad y ventajismo en algunos casos. En Suramérica, en países como Argentina y Perú, la aplicación de las vacunas no ha estado exenta de las denuncias, acusaciones, e imputaciones, a funcionarios gubernamentales y dirigentes políticos, así como su entorno, por las dosis contra el coronavirus en detrimento de otros sectores de la población.

En medio de la incertidumbre por la pandemia y la segunda ola de contagios, surge una duda razonable: ¿Los políticos deben vacunarse primero que el resto de la población?

“La vacunación es para inmunizar contra la enfermedad; por tanto, debe comenzar por los más vulnerables y por los más expuestos. Los más vulnerables son principalmente los adultos mayores, como se los denomina en el metro. En Europa, desde los 80 años; entre nosotros creo que habría que adelantar a los 70. Los más expuestos son obviamente los médicos y enfermeros, también conductores de trasportes públicos: choferes de camionetas y buses y los que llevan alimentos y otros elementos necesarios. Si éstos son los criterios, no veo ninguna razón para priorizar a los políticos”, enfatiza el padre Pedro Trigo, teólogo, miembro del Centro Gumilla y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

El subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, señaló, el pasado mes de febrero, que primero deben ser inmunizados los profesionales de la salud, «porque son los más expuestos», además de los trabajadores en contacto con adultos mayores y en áreas sociales claves para cada país.

En Venezuela, el proceso inició el 18 de febrero, tras recibir el primer lote de 100.000 vacunas rusas Sputnik V. Sin embargo, no se conoce hasta ahora un plan concreto para vacunar a la población.

Ese día catalogado por Nicolás Maduro como “histórico”, el gobernante anunció, a través de Twitter: “Hoy iniciamos la primera etapa de inmunización con la Sputnik V, la vacuna más segura del mundo. Todo el personal sanitario, las brigadas médicas, trabajadores sociales, policías, militares y autoridades ¡A Vacunarse!”.

En los días posteriores, varios diputados de la Asamblea Nacional (AN) de Maduro informaron que habían sido vacunados contra el covid-19, en un cronograma que, según Maduro, incluye a miembros del Movimiento Somos Venezuela.

El primer día de marzo, el gobernante dio cuenta del arribo de 500.000 dosis de vacunas chinas e insistió en que comenzará la “vacunación masiva” de todo el pueblo, previo a esto había anunciado el retorno a las clases presenciales en abril, para lo cual aseguran serán vacunados los maestros.

Vacunación y democracia
La vacunación contra el covid-19 es administrada con criterios que el padre Pedro Trigo pone sobre el tamiz. A su juicio, el motivo de fondo de la preeminencia de los políticos es que este sector se cree con derecho a vacunarse ante que los demás.

“Se creen dueños del poder y por eso lo administran a su conveniencia. No son demócratas. Entienden que ellos son dueños y no meros administradores responsables ante la ciudadanía. Ni siquiera es desprecio; es que de hecho el pueblo no existe en su consideración. Sólo existen los suyos: los que forman el grupo de poder y aquellos en los que se apoyan”, puntualiza el padre Pedro Trigo.

En un artículo publicado en TalCual, Vacunar a los políticos: ¿oportunismo o necesidad?, por Fernando Barrientos Del Monte, cientista político y profesor en la Universidad de Guanajuato (México), señala que los efectos negativos se incrementan si se permite que los políticos sean vacunados por su actividad y no por pertenecer a un grupo de edad.

“Así como pueden generar confianza en las vacunas, lo más probable es que aumenten la desconfianza hacia la política, los partidos y las instituciones.Ello cobra mayor relevancia en América Latina donde las encuestas colocan a los políticos en los niveles más altos de desconfianza entre la ciudadanía. Si algo ha mostrado la pandemia es que los gobiernos no invierten en ciencia, es más, la desprecian”, subraya.

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Con informaciòn de Tal Cual

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