En 18 comunidades de Morón, las casas se inundaron y las calles quedaron llenas de barro, mientras que muchos lo perdieron todo tras la lluvia de la tarde del 7 de septiembre.
Jazmín pensaba que estaba preparada para una inundación. Pero esta vez ella y su esposo fueron sorprendidos. “El agua entró en forma de ola marrón, no nos dio tiempo de nada”, relató mientras caminaba sobre el barro que aún está dentro de su casa, en la calle 7 de la urbanización Santa Ana en Morón, municipio Juan José Mora.
A las 3:30 p.m., aproximadamente, de este martes 7 de septiembre la lluvia se hizo intensa. Ella iba a salir al negocio que tiene con su pareja, pero prefirió quedarse para evitar mojarse y enfermarse. Su esposo también se quedó al ver que una tubería de aguas blancas se había roto en su vivienda. “Ese incidente me salvó de estar sola después con todo lo que se venía”.
Una hora más tarde seguía lloviendo en Morón y se percataron que el agua no bajaba por las alcantarillas. Eso fue suficiente para saber que debían hacer algo. Comenzaron a buscar bolsas para resguardar lo que pudieran. Ropa, zapatos y comida fue lo primero que subieron al segundo piso de su casa, donde la construcción de ese nivel está a medias.
Al bajar por las escaleras para buscar electrodomésticos y otros objetos pasó lo inesperado: “Entró el agua, con mucha presión”. Intentaron cerrar la puerta pero no era fácil y en menos de 10 minutos el nivel de la inundación pasó estar en sus tobillos a sus rodillas.
Todo se movía. La nevera se cayó sobre la mesa y la partió y Jazmín salió desesperada a buscar ayuda, mientras su esposo trataba de sostener lo que pudiera. Afuera vio cómo ropa, zapatos y diferentes enceres rodaban con el paso del agua, y a sus vecinos de Morón, algunos resignados al perderlo todo, y otros intentando salvar algunas cosas.
Primera vez de esta manera
Ella tiene 26 años y toda su vida ha sido vecina de esa comunidad de Morón. Es la quinta vez que experimenta una inundación de esa magnitud, pero la primera vez de esa manera. “Era barro y agua con un olor fétido”.
Unos amigos de su esposo atendieron sus gritos y entraron a ayudar. Aunque no había electricidad desde las 4:30 p.m., lo primero que hicieron fue bajar los interruptores de corriente. “Nosotros no nos habíamos percatado de eso”.
En las anegaciones anteriores tenían más tiempo de poner la mayoría de sus pertenencias a salvo. “Siempre vemos que el agua no baja por las alcantarillas y se comienza a meter poco a poco el agua de la lluvia a las casas, y después es que se desborda la canal. Ayer fue todo muy rápido”.
Los habitantes de Santa Ana y de diferentes sectores de Morón viven alertas a este tipo de situaciones. “Ya estamos acostumbrados que cuando llueve con fuerza podemos inundarnos”.
Hace dos semanas la canal se desbordó, pero solo afectó a las viviendas más cercanas, como a las de la comunidad La Charneca. En esa oportunidad, Jazmín y su esposo recogieron algunas cosas, las metieron en bolsas y las llevaron a la parte de arriba de su casa. Pero pasaron los días y, aunque no dejó de llover, pusieron todo en orden nuevamente. “Los últimos 15 días no ha parado de llover, a veces más fuerte, pero nada como ayer”.
El día después en Morón
La electricidad en esa zona del municipio fue restablecida durante la madrugada de este miércoles. Hasta la 1:00 a.m. estuvo Jazmín con su esposo limpiando el piso y las paredes con lo poco de agua que salía de las tuberías. “Durante el día nos pusieron agua, pero ya a esa hora no había con presión”.
Aún no saben si la nevera se dañó, van a esperar un par de días que se seque bien para encenderla. En casa sus padres no había nadie cuando a canal se desbordó. Ahí estaban los electrodomésticos, el colchón y documentos personales en el piso entre el barro.
En las viviendas de varios vecinos en esa zona de Morón los portones y rejas se reventaron, muchos seguían limpiando y secando parte de sus enceres, y algunos se organizaron para preparar comida y repartir entre todos. “Al menos hoy hay sol, mucho sol”, expresó Jazmín.
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Con información de El Carabobeño