Cada dos meses, vecinos del sector Cenicero de la parroquia Nueva Cúa, municipio Urdaneta, logran llenar sus tobos de agua, porque compraron una bomba para obtener el vital líquido y llevarlo a sus respectivos hogares.
El agua no les llega por las tuberías hace tiene siete años. Esta realidad obliga a los vecinos a llenar cuanto “potecito” encuentren en casa tras caminar largos recorridos bajo el intenso sol tuyero o, de lo contrario, se quedan sin cocinar, sin bañarse o lavar los baños.
Mileidy Chirinos, esposa y madre de tres menores de edad, quien a diario acumula los uniformes y la ropa del trabajo.
“Me toca lavar una vez al mes y ¡dígame si no tengo jabón!. Tengo una bebé de meses y hasta lavar sus pañales es muy complicado. Para cocinar es otro problema, cuando nos quedamos sin reserva nos toca sacar de nuestro bolsillo y comprar botellones agua, una constante renta. Hasta helado tuve que ponerme a vender porque el dinero no nos alcanza”, relata.
La afectada afirma que sus vecinos y ellos dejaron de comprar agua hace dos años, porque los camiones son impagables.
“La bomba la compramos y la colocamos en un garaje que esta por la calle principal. Cada jueves se conecta una manguera y se llenan los tobos a las personas que les toca. Hace cuatro años Hidrocapital, órgano encargado de suministrar el agua, nos colocó las tuberías, pero ese trabajo quedo ahí. Infinidades de veces hemos hecho la denuncia, pero no recibimos respuesta”, expresó la señora Chirinos.
Recientemente, el secretario general del Gobierno de Miranda, Juan Fernández, entregó 31 tanques de agua con capacidad de almacenar 600 litros cada uno en dicha comunidad.
“Como es sabido, Venezuela es una de las naciones con las mayores reservas de agua dulce del mundo, pero hay desigualdad en cuanto al beneficio del mismo por la falta de políticas serias del Gobierno nacional”.
Fuente: Prensa Miranda / Aruanai Lecuna
Fotos: José Barboza
Fecha: 06 de abril de 2017