La falta de efectivo en los bancos del país obliga a la gente a recurrir al “mercado negro” para comprar los billetes que necesitan para pagar el pasaje o comprar alimentos en los puestos de buhoneros que ofertan los productos por debajo si lo hacen en efectivo.
Comprar dinero sin ningún tipo de regulación, casi siempre se ejecuta a un precio de hasta tres o cuatro veces más que su valor nominal por la escasez. En un país donde el crecimiento de precios presenta un descontrol sistémico, persisten determinadas transacciones —el pago a jornaleros en fincas, servicios de transporte, el servicio de la gasolina o el importe en algunos estacionamientos— que, con frecuencia, no aceptan pago con tarjeta.
La diferencia que hay entre pagar en efectivo y pagar con tarjeta es abismal. Los ejemplos sobran en el boulevar de Catia, donde los buhoneros venden el kilo de azúcar en efectivo en 250 mil bolívares pero pasando la tarjeta el precio es de 1.500.000 bolívares, no se queda atrás el medio cartón de huevos que en efectivo tiene un monto de 600 mil bolívares pero por punto hay que pagar 2.500.000 bolívares. Hasta los cambures sufren la diferencia, un kilo de esta fruta con billetes es de 30 mil bolívares pero sube a 200 mil con tarjeta.
Particularmente algunos empresarios están obligadas a hacer grandes adquisiciones de billetes para determinadas actividades comerciales, sobre todo en zonas rurales en las cuales se presentan problemas permanentes de servicios como la luz.
Con información de Descifrado